Relatos eróticos esposos cómplices cap 135 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 135

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Hola amigos, soy Mary y les seguiré contando mi vida, qué se la entregué a mi padre, para consolarlo por la muerte de mi msdre. Iniciado en el cap 133.

Ése día domingo en qué mi papá me sacó de virgen, me sentí orgullosa de haber soportado a un hombre de más de 40 años, darme duro con todas sus fuerzas, para romperme con su verga dura cómo piedra, dejándosela suave y descansada, sólo con mis 18 años.

Aparte de ése aire victorioso que sentía, noté que volvió a reinar la alegría en mi casa, viendo feliz s mi padre y a mis hermanitas y parecía qué todo iba a mejorar.

Reinicie el día martes a trabajar, aún recuperándome por qué sentía, cómo una herida abierta, pero según  acordamos de un inicio con papá, no hablar nada de nuestra intimidad fuera de su dormitorio, me quedé callada. Yo sólo me límite a mirarlo con un amor que traspasaba la de una hija,  me sentía su mujer. Sentía qué mi mamá me había dejado su lugar y con ése mismo esmero lo comencé a atender todos los días.

Llegó el domingo y muy temprano entré a su cuarto y bajo la frazada estaba ésa verga grande y dura qué me la metí a la boca hasta excitarlo y dándome la vuelta, metió su lengua en mi concha, haciéndome soltar mis jugos.

Luego en misionero me lo comenzó a meter, sintiéndo menos dolor que la vez anterior y cuándo lo tuve todo adentro, me miró a los ojos, comenzando a sacar y meter su verga, primero despacio y después aumentando la velocidad y la fuerza.

Comencé a sentir ...

... adentro de mi concha un cosquilleo qué al empujarme hacía él, me calmaba. Después dejándo  su verga bien clavada en mí, se movía en círculos, causandome otro tipo de cosquilleo, qué con sus movidas me lo calmaba, mientras mi cuerpo soltaba los orgasmos sin querer.
Era toda una delicia qué en ése momento el cerebro no te da para pensar nada.

Hasta qué sentí sus chorros hirviendo yéndose a lo más profundo de mi y papá se quedó quieto y agarrando fuerzas, me dió 4 estocadas fuertes, dejándome hasta la última gota.

Se quedó tendido encima mío con sus 90 kgs y yo feliz lo soportaba con mis 55 kgs cansado por haberme dejado toda su energía.

A los 5 minutos se deslizó a un lado y abrazados descansamos por un rato y ver su gran verga media muerta me hacía feliz.

Al rato le di un beso yéndome a bañar y preparar el desayuno, que tomamos juntos muy felices.

Preparamos todo para el paseo y mis hermanitas mostraban una carita qué hacía mucho tiempo no veía.

En la caminata ellas iban tomadas de la mano y mi papá me vió y dándome su mano, caminamos atrás de ellas. Me hizo recordar cuándo salíamos con mamá.
Las cuatro de la mano y ella con mi papá atrás de nosotras. Ufff me sentía mi mamá. Qué felicidad.

Almorzamos sentados en el jardín todos juntos, yo servía los platos y mi papá se los alcanzaba a mis hermanitas cómo cuándo mamá estaba viva.

Regresamos por la noche y mi papá compró un pollo a la brasa, qué lo compartí para nosotros 5 y lo disfrutamos después de tanto ...