Don Pancho el conserje se cogió a mi hija.
Fecha: 25/11/2024,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... voces no sé como ningún marido se ha dado cuenta.—
—Mi verga las deja tan contentas que ya no pueden vivir sin ella, por eso procuran que nadie se entere, sabes lo astutas que son las viejas para atarantar a sus maridos—
—Ay, ¿y como es que se cogió a mi hija antes que a mí?
—Tu hija era igual de metiche que tú y cuando todavía vivía contigo una vez me espió mientras taladraba a tu vecina Liliana jajaja. E igual que tú al poco rato vino de ofrecida, las dos son igual de calenturientas—
—Bueno y si tanto le gustaron mis niñas porque no las prueba— dije mientras me apretaba por los lados las tetas para ofrecérselas.
Don Pancho de inmediato se abalanzó a devorármelas. Me sujeto de la cintura y me ensalivó ambas tetas como bebé hambriento. Daba lengüetazos con maestría, mordisqueaba mis pezones y las succionaba lo mejor que podía dentro de su boca como queriendo tragarlas. Aquello me dejo a mil, nunca me habían chupado las tetas así de rico.
—Qué manjares tienes zorrita, ¿no tendrás todavía lechita de sobra? Me da envidia que tu hija si la haya degustado y yo no jajaja.
Yo solo sonreí por la socarronería de sus palabras. Don Pancho me puso las manos en los hombros indicando que me arrodillara, lo hice y su vergota quedo a la altura de mi cabeza. Sabiendo lo que debía hacer la sostuve de la base y le baje el prepucio para descubrir aquel esponjado y enorme glande.
Aquella verga era hipnotizante, me hacía ignorar la fealdad del hombre al que estaba ...
... adherida. Le di un par de besos al glande y luego unas lengueteadas rápidas como si lamiera la punta de un cono de helado. Don Armando me puso la mano en la nuca, supe que era hora de garganta profunda pero la verdad no sabía cómo hacerlo.
Poco a poco fui engulléndole la verga disfrutando cada centímetro de carne, envolví con mi lengua su verga cuando esta ya casi me rozaba la úvula. No le quité la mirada de los ojos en todo este proceso,vi su rostro decrépito que contrastaba la lozanía de su verga. Chupé y mamé con devoción hasta sus huevos cuando el me levanta repentinamente:
—Mamas mejor que tu hija putita, pero ahora quiero ver si aprietas mejor. Ponte de perrito en mi catre y parame bien el culo— ordenó don Pancho
Dócilmente me quite la falda y me puse como quería y arqueé la espalda lo mejor que pude para sacar el culo, balanceé las caderas como teibolera para provocarlo, quería ya tenerlo dentro de mí. Sentí sus manos palpándome todo el culo y la pucha, hizo movimientos circulares con el pulgar alrededor de mi ano.
—Mmmm, bebé que nalgona estás y que puchita tan jugosa, se ve bien apretadita, no sé porque no te cogí desde antes, seguro por la ropa toda holgada y mojigata que usas, no me dejaba ver los tesoros que ocultabas—
—Pues ahora son todas suyas don— dije ruborizada por el cumplido de don Pancho.
Me sorprendió sentir sus labios repentinamente en mi vulva, su lengua recorrió toda la panocha, el perineo y el ano. Di unos cuantos respingos antes esas ...