1. Don Pancho el conserje se cogió a mi hija.


    Fecha: 25/11/2024, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... sensaciones, nunca me habían chupado por ahí. Me penetró la pucha con la lengua hasta la mitad, y consiguió meter la puntita en mi ano. Nunca había experimentado tantas sensaciones nuevas en el terreno sexual, no cabía duda que este hombre si sabía cómo complacer a una mujer, tantas amantes en su haber no fueron en vano. En ese momento supe que ya no habría vuelta atrás, sería otra de sus viejas por el resto de mi vida.
    
    Finalmente, don Pancho se irguió y me sujetó de las caderas, sentí su glande apuntalando mi vagina y la relajé lo mejor que pude para recibirlo. Poco a poco aquel ariete de carne se introdujo en mi interior, la sentí calientisima como un metal al rojo vivo, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y emití el gemido más ruidoso de toda mi vida. Sentí que mi vagina se había expandido un montón, casi como si me hubieran desflorado otra vez. Cuando sentí sus huevos en mi pubis supe que la había metido entera, me sentía tan llena, como si me hubiera empachado.
    
    —Ahhh, ya te la comiste entera chiquita. Ya eres mía, estas nalgotas me pertenecen— dijo mientras me daba suaves nalgadas.
    
    Yo le respondí con eufóricos gemidos porque sabía que decía la verdad. En ese momento comenzó a bombearme cadenciosamente, la sacaba hasta dejarme solo el glande adentro y luego de un empellón la metía hasta que sus huevos chocaban con mi cuerpo. Aquella sensación era sublime, tenía los ojos y la mente en blanco me concentraba en gozar tan exquisita cogida.
    
    —Ahhh estás ...
    ... más apretada que tu hija, no parece que hayas parido por aquí, o es que tu marido es picha corta—
    
    —Ay, aoohh, si don no hay punto de comparación entre su vergota y las miserias de mi marido, siento que me va a desgarrar la vagina— dije jadeando
    
    —Jajaja ya sabia yo preciosa. Siente como coge un verdadero macho—
    
    Don Pancho incrementó la velocidad de sus empellones, no podía creer que un hombre de 60 tuviera tanto vigor. Los aplausos de nuestras carnes debían oírse por toda la planta baja. A estas alturas no sé cuantos orgasmos me había sacado don Pancho, yo estaba en éxtasis. Queria sentir más a fondo su verga, y comencé a cooperar moviendo mis caderas acompasada con él para que la penetración fuese lo más intensa posible.
    
    No se cuantos minutos pasaron sin aminorar el ritmo, yo ya estaba muriéndome de placer y de un momento a otro sentí que me orinaba.
    
    —Ay don Pancho siento que me voy a mear, que pena ay dejeme ir al baño—
    
    —Tranquila nalgona no te espantes jaja, esto pasa cuando un macho complace como Dios manda a su hembra—
    
    —¿De que hablaaa dooon? Ay ahhh me orino ahhhh—
    
    Don Pancho me saco la verga y sentí como chorros de un líquido desconocido manaban de mi vagina, empape buena parte del catre y salpique mis muslos, el suelo y la verga de don Armando. Aquella sensación era inenarrable las piernas me temblaron y mi cuerpo entero se estremeció sentí que perdí el conocimiento unos segundos.
    
    —Ay don Pancho que verguenza no se que es esto, nunca me había ...
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