Relatos eróticos esposos cómplices cap 143 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 143

HIJO VIAJANDO ARRECHO

Hola amigos, me llamo Lili con 38 años, de tez blanca, ojos y pelo negro, 1.50 de altura, de buen cuerpo y muy caliente en la cama.

Casada con Mario 43 años, 1.80 de altura, ojos pardos, pelo castaño, guapo, gerente de una empresa y caliente en la cama igual o más que yo, un poco liberal y está tratando de convencerme para hacer un trío.

Tenemos un hijo de 18 años también muy guapo, 1.85 de altura y está muy enamorado de una flaquita muy linda.

Les cuento qué mi esposo tenía qué viajar a una provincia, a 800 kms de la ciudad y el aeropuerto no estaba en funcionamiento y decidimos ir en el auto, tomándolo cómo un paseo y regresarme en una semana, después de haber gozado unos días de relax.

Para no volver sóla, le rogué a mi hijo qué nos acompañe, y él pueda conducir todos ésos kilómetros, por qué a mí la carretera me cansa.

Mi hijo no quería, por su enamorada qué estaba en exámenes, pero él yá estaba de vacaciones.

Al fin lo convencí por un celular, qué le regalaría en navidad, acordando viajar un día sábado por la mañana.

Con todo preparado salimos dejando triste a la enamorada de mi hijo en la puerta de nuestra casa.

Mi esposo conducía y yo iba de copiloto, por supuesto iniciamos con mucha energía, conversando, bromeando y etc.

A los 200 kms, nos detuvimos para ingerir unos alimentos y para descansar por un momento.

Retomamos el viaje, pero ahora conducía mi hijo y yo seguía de copiloto, con algo de cansancio.

A los ...

... 400 kms volvimos a detenernos para descansar y comer algo para continuar con cambio de conductor.

Yá no hablamos mucho, más bien lo hacíamos entre sueños, hasta que nos detuvimos nuevamente a los 600 kms y después de comer algo y refrescarnos la cara volvimos a partir.

Hasta qué llegamos a nuestro destino, siendo las 6 de la tarde, nos alojamos en un hotel, eligiendo con mi esposo una habitación grande y mi hijo otra más pequeña a nuestro lado.

Luego de bañarnos, nos fuimos al restaurant del hotel, cenando algo sencillo para dormir tranquilos.

Regresamos a bañarnos nuevamente y en la cama mi esposo después de besarme en la boca y en el cuello, se bajó a mi conchita, qué estaba ansiosa de ser penetrada, por qué siempre atrae hacer el amor en un nuevo ambiente.

Metió su lengua bien profundo y empezó a tragarse todos mis jugos, disfrutando por unos minutos, luego me volteó y con su lengua dentro de mi culo, me hacía saltar en la cama y yo trataba de no gemir, conciente qué mi hijo estaba en la habitación contigua.

Luego mamó mis tetas con desesperación haciéndome doler y dejándome marcas.

Cuándo le chupé su gran verga, qué la tenía dura 18 x 3, le acaricié con mi lengua su glande y recorrí todo su largo, pasando por sus venas saltadas hasta llegar a sus huevos, qué me los metí uno por uno a mi boca.

Después que lo disfruté, vino mi venganza, le mordí el tronco de su verga por la parte central, dolor qué mucho le gusta, dándo gritos suaves, hasta que me ...