Relatos eróticos esposos cómplices cap 144 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 144

... mal.

Pasábamos ése mal momento, más qué nada para qué nuestras hijas crezcan en un ambiente de armonía.

Pero a los meses sin motivo alguno volvíamos a estar alejados y nuevamente nuestras hijas participaban para amistarnos.

Y en unos cuántos meses más volvía a ocurrir lo mismo, hasta qué en una oportunidad tuvo qué intervenir mi suegra hablando conmigo.

Suegra : Hijo, disculpa qué intervenga, pero los veo en constantes alejamientos entre ustedes y me apena por qué ahora qué no está mi esposo, si ustedes se llegarán a separar me moriría viéndo a mis nietas sufrir por ustedes.

No quiero saber los motivos pero permíteme pensar en algo y preguntarte.

Será por qué estás incómodo acá, por qué no es tu casa y quieres vivir sólo con tu familia ?

Yo : No suegra, nada de éso. Ni nosotros sabemos el por qué ? Creo qué debe ser por una etapa de aburrimiento qué pasan todos los matrimonios. A ustedes nunca les ha pasado ?

Suegra : Si, pero con más años de matrimonio, ustedes aún están jóvenes.

Yo : Señora, no se preocupe por qué nuestro problema es pasajero. No es lo qué usted piensa, aquí estamos felices.

Suegra : De todas maneras yá hice mi adelanto de herencia y he destinado qué está cada pase a nombre de ustedes, yá estoy haciéndo los trámites y espero qué no lo tomen a mal.

Yo : Señora, le agradezco mucho y le prometo que trataré de evitar los problemas con su hija.

Nos volvimos a amistar por un tiempo y volvimos a discutir yéndome a dormir al ...

... cuarto de huéspedes sin qué nadie me vea.

En éste tiempo comencé a leer " Relatos Eróticos " dándome cuenta en el ciento de casos que leí, qué no somos los únicos qué pasamos por éstos problemas, pero las soluciones eran algo muy difícil de aceptar y menos por mi esposa.

Cuándo nos amistarnos le conté los casos leídos y de las soluciones qué le dieron a sus problemas, sólo me miró muy seria y se retiró .

Nos volvimos a amistar y discutir 3 veces más, hasta qué decidimos hablar con la pura verdad, aunque sea dolorosa.

Yo : Amor, yo extraño qué vivas más el momento qué tenemos sexo, por que no gimes cómo antes y lo haces cómo si estuvieras masticando chicle.

Nora : Amor, tu sabes qué yo no sé fingir y no lo haría nunca y menos contigo, la verdad no siento nada. Antes tu verga me causaba dolor y por éso gemía y movía mi cuerpo para ubicarme en una posición qué me  causara menos dolor.

Yo : Ante éso yo no puedo hacer nada, sólo pienso en un accesorio sexual qué tenga una medida más qué mi verga, qué yo me coloco y al meterlo te hará sentir algo de dolor y te puede gustar. Qué dices ?

Nora : No sé amor, me da vergüenza tener qué recurrir a aparatos artificiales para disfrutar de nuestra intimidad.

Yo : Amor, lo importante es qué tú y yo disfrutemos y dejar nuestras discusiones por las puras.

Nora : Tienes razón amor, pero éso queda sólo entre nosotros dos. 

Yo : Entonces voy a comprar uno, me acompañas ?

Nora : Amor, a mí me da vergüenza. Anda tu ...