Soy maestra temporal y… juguetona. - Relatos Eróticos

Soy maestra temporal y… juguetona.

... semanas) y no llevaba mi chamarra, entonces en el carro, en la plática, se marcaron mis pezones por una corriente que provino de su ventana pero yo ni cuenta me había dado y él de forma discreta me dijo ‘emm, maestra, discúlpeme lo que señalaré, pero algo se está marcando en su busto’, me mire y los tenia marcados como botones y me tapé de la pena jaja, le pedí una disculpa y me dijo que no pasaba nada, que era su culpa por bajar la ventana, nos reímos, pero me dijo algo que le puso juego al asunto; ‘no se preocupe maestra, más bien, yo le pido una disculpa, porque sin pensarlo lo volvería a hacer’. Mi reacción solo fue reírme y darle un manotazo y le dije ‘¿ah sí?, jaja, ¿te parece bonito ver los pezones marcados de las mujeres? Y me dijo, bueno maestra, no soy el único que ve cosas marcadas, si vi cómo me miró en el café, jaja’. No supe qué decirle porque en ese justo momento se le volvió a abultar y de la forma más natural le dije ‘creo que te refieres a eso ¿verdad?’, señalando discretamente como se estaba abultando su entrepierna. Y entonces me dijo lo que nos llevó a la mejor noche de mi vida: ‘qué ¿esto? (y se lo apretó mostrando que estaba algo duro pero también bastante dotado), usted dígame si viendo a una maestra tan sexy no le pasaría lo mismo’. Me puse toda roja y le dije que no jugara con eso si no iba a culminarlo, jaja, y entonces tomó mi mano, la puso en su bulto y me dijo que estaba dispuesto a culminarlo si yo quería jugar también. 
Me dejé ir, no pensé, ...

... ni calculé, ni razoné, solo comencé a apretar ese enorme miembro duro, nos quedamos totalmente en silencio, él conduciendo y yo apretando su paquete. Al parar en el semáforo me miró, se giró hacia a mi y me besó, dios mío, juró que comencé a escurrir (por cierto, llevaba una falda entablillada café claro un poquito más arriba de la rodilla, unas botitas igual café, una blusa blanca de botones con un discreto escote pero que lucía bastante bonita por mi generoso busto y una cola de caballo. El llevaba unos jeans azules un poquito flojos, no mucho, una playera gris pegadita que marcaba su musculoso torso y unos tenis blancos), era un beso tan apasionado, tan de deseo y yo empecé a apretar mas fuerte su miembro. El semáforo se puso en verde y avanzamos, pero me dijo con su sonrisa coqueta ‘¿se anima o es suficiente maestra?’ y yo le pregunté a qué se refería y con su misma sonrisa me dijo ‘ya sabe, jaja, yo lo dejo a su interpretación’. 
Miren, a lo mejor era mi cachondez y no se refería a eso, sigo con la duda, pero yo hice lo que mi mente me dictó, le saqué la verga y comencé a chupársela, no podía creer lo que acababa de sacar, una verga dura, gruesa, venosa, curvada, rasurado y con un olor sumamente seductor, así de hombre maduro, me incliné y le di una lamida y él dijo ‘aah maestra, no lo puedo creer’, no dije nada, estaba embobada con su miembro, continué lamiéndola y chupando la cabeza, pero en eso sentí su mano presionando mi cabeza, estaba impaciente por que lo metiera ...