1. El despertar sexual de mi novia - PARTE 2


    Fecha: 27/12/2024, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Amante89, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    PARTE 1:
    https://relatos-eroticos-club-x.com/132284_el-despertar-sexual-de-mi-novia-parte-1
    
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    Continuando como se dio el despertar sexual de mi novia:
    
    
    Después de nuestro primer encuentro, quedé demasiado excitado y deseoso de disfrutar el cuerpo de mi chica. Fue así que empecé a planificar algo lindo para que suceda el gran momento en que ella acepte entregarme su virginidad. Entonces arreglé todo lo necesario y le propuse que nos fuéramos de vacaciones por unos días a una playa muy cercana de la ciudad en la que vivimos.
    
    
    La idea de llevarnos a una playa tranquila había surgido durante una de nuestras conversaciones más íntimas. Yo había visto cómo la naturaleza, la soledad y la promesa de tiempo juntos habían despejado sus dudas. Al principio, ella había vacilado, preguntándome si sería incómodo el convivir juntos y estar desnudos en un lugar público. Pero mi insistencia en que sería un refugio privado, un oasis solo para nosotros, finalmente la convenció.
    
    
    El viaje había sido un desfile de momentos íntimos y cargados de deseo. Desde que salimos de la ciudad, la atmósfera entre nosotros había estado electrizante. Ella llevaba una falda ligera que se movía con cada gesto, y yo no pude evitar notar cómo a menudo dejaba que mi mano se deslizara por su pierna, acariciando la piel suave hasta llegar al borde de lo prohibido. Cada vez que mis dedos rozaban su sexo, caliente y tentador bajo la tela, ella hacía una pequeña mueca de ...
    ... disfrute, pero no apartaba mi mano. Al contrario, abría ligeramente las piernas para que mi exploración fuera más fácil, aunque sus ojos seguían mostrando una mezcla de excitación y nerviosismo.
    
    
    En una de las paradas del camino, nuestros besos pasaron de ser apasionados a algo más profundo. La atraje hacia mí, y mi mano buscó la curva de su trasero, que tanto me fascinaba. Con delicadeza, pero también con firmeza, lo apreté, sintiendo cómo sus nalgas se ajustaban a mi mano como si fueran hechas para mí. Ella jadeaba contra mi boca, sus manos buscando el botón del cinturón de mi pantalón, como si quisiera liberar algo que ambos sabíamos que estaba ahí, latente y ansioso.
    
    
    Cuando llegamos al departamento que habíamos alquilado, la sensación de intimidad solo aumentó. El lugar era perfecto: un dormitorio amplio con una cama grande y una vista espectacular al mar. La soledad de ese espacio nos envolvió como una manta, y cuando propuse un baño juntos, sentí que la idea le causaba cierta incomodidad, pero también emoción.
    
    
    “¿Estás segura?” le pregunté, viendo cómo sus ojos se movían hacia la puerta de la ducha.
    
    
    “Creo… creo que sí,” respondió, aunque su voz temblaba un poco.
    
    
    Antes de que pudiera decir más, me quité la ropa con naturalidad y entré en la ducha, esperando que mi ejemplo la animara. Y funcionó. Con un movimiento lento y algo incómodo, se quitó la falda y la blusa, quedando en ropa interior y su mirada buscando la mía como si necesitara alguna muestra de ...
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