1. Fermín el casero perverso


    Fecha: 11/01/2025, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... fuera de la vagina, revelando que ya estaba empapada de fluidos, asimismo la vulva de la mujer se había ensanchado por la actividad sexual.
    
    —Mmmm corneadora que buen baño te diste en esa cuevita, pero ya tienes ganas de llenarla de lechita ¿verdad?— la mujer hizo cara de espanto al oír esto. —Me haría favor señorita de ponerse en cuatro y abrirse bien las nalgas— Ambos se levantaron y la mujer se posicionó como Fermín quiso, dejándole una vista sublime de sus indefensos encantos, Fermín le asestó unas cuantas nalgadas y al acercar la cadera la verga perforó aquella chorreante vagina como por atracción magnética.
    
    Estos eran los últimos embates, pues Fermín concentró todo su vigor en arremeter contra la ya vejada mujer, quien se zangoloteba entera cada que el pubis del hombre se azotaba con sus nalgas, produciendo un fragor como de aplauso que deja ardiendo las manos. El cabello de la mujer ya estaba desaliñado por las violentas sacudidas y Fermín sujeto buena parte de él con un puño para usarlo como bastón y darse soporte para no mermar la velocidad de penetración.
    
    —Aaahh, puta preciosa me corro ahhh— Fermín la soltó el cabello y la mujer quedó cabizbaja a sabiendas de lo que le esperaba, sin embargo tamaña sorpresa se llevó cuando sintió que la verga abandonaba su interior y al alzar la cabeza ya la tenía enfrente. Fermín se oprimía la uretra para aplazar la eyaculación y en cuanto vio que la mujer abrió un poco la boca para decir algo dejó efluir varios chorros de ...
    ... semen que regaron el rostro y cabello de la sorprendida mujer, quien aunque se apresuró a cerrar párpados y labios probablemente no logró evitar que entrara alguna gota de semen.
    
    —Jajaja, debiste verte la cara, no soy tan inhumano como para embarazarte, al menos no por ahora preciosa, aunque me gustaría que le heredaras ese cuerpazo a alguna de mis futuras hijas jaja— dijo el hombre con malicia.
    
    La mujer tosía y se retorcía mientras se limpiaba el semen con los antebrazos y con lo que tuviera cerca. —Bien hecho preciosa, dejaste encantada a corneadora con tu cuevita, pero aún tienes dos agujeros que quiere probar jaja, eso será en otra ocasión más propicia. Ya te puedes ir si gustas, pero antes de vestirte dejame tus bragas en la mesa y anotame tu nombre en el pizarrón de la pared— En efecto había un pizarrón de esos blancos para plumones. —¿Y luego de eso ya me puedo ir?— preguntó la mujer. —Si, ah y no intentes ir a la policía o difundir lo que pasa aquí fuera del pueblo porque ahí sí me conocerás emputado y hasta tú vas a quedar en trocitos. La mujer quedó petrificada un momento y luego se apresuró a vestirse sin ropa interior y a anotar “Teresa” con un plumón rojo. Entretanto, estaba tan absorta viéndolos que no reparé en los pequeños sonidos de pisadas de alguien que bajaba las escaleras, hasta que vi una sombra que se aproximaba por lo que con celeridad me escondí agazapada a un costado de las escaleras, no era difícil verme allí pero no había otra opción.
    
    La ...