Fermín el casero perverso
Fecha: 11/01/2025,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... sexo cuando lo pida y deben estar conscientes de que sus cuerpos me pertenecen. Esta es mi residencia principal por el momento ya que no cobro abriéndole la cartera a mis inquilinos sino abriéndole las patas a mis inquilinas jajaja—
—¿Qué?, pinche viejo chiflado, aléjese de mí, cuando mi marido venga a buscarme ya verá—
—¿Que no escuchaste lo que dije?, basta una simple orden y mis hombres le pondrán la putiza de su vida a tu marido, lo van a dejar medio muerto, a tus dos hijos los van a reclutar y a ti de todos modos te voy a hacer mía solo que ya no será por las buenas—
—No es cierto, yo no le creo nada viejo chiflado, ¡ya déjeme salir de aquí!—
—¿En verdad quieres ponerme a prueba zorrita? Yo no tengo pedo en violarte aquí mismo, por mucho que te resistas al final unos buenos chingadazos te harán ceder, he tenido que hacerlo pocas veces y no me gusta para nada, sería mejor para ambos que cooperes sin refunfuñar tanto. Puedes gritar cuanto quieras pero como te dije hay puras mujeres y todas ya conocen su lugar—
—¡Ya dije que no me da miedo pinche viejo!, quiero ver que lo intentes a ver si muy machito—
—Tal vez esto te enseñe que no estoy jugando— dijo el anciano maliciosamente mientras sacaba de un cajón de su tocador una carpeta de broche y un enorme frasco diáfano de vidrio amarillo. El anciano arrojó el frasco sin mucha fuerza al piso, la mujer se apartó pensando que se lo lanzaría a ella, y este se despedazó al impacto. El contenido se desparramó ...
... por el suelo, era un líquido transparente que contenía dedos, orejas y hasta penes cercenados.
—¡Dios mío, ¿qué es esto?!— dijo la mujer con cara de espanto.
—Son los restos de los pobres diablos que quisieron pasarse de la raya conmigo o que simplemente no dejaron que me cogiera a sus viejas a gusto jaja—
—¡No!, es mentira pinche loco, estas cosas son de hule o algo así, son falsas… no soy ninguna tonta—
—Muy tu pedo si no me crees pero callate que no he terminado zorrita, mira que traigo aquí— Fermín abrió la carpeta y le mostró a la mujer copias de documentos, creo que logré ver licencia de conducir, credencial de elector, tarjeta bancaria y hasta la cartilla de servicio militar.
—No puede ser… no… ¿como chingados consiguió eso?— imaginé que los documentos eran copias de los de su marido y un escalofrío me recorrió el cuerpo, ¿con qué medios contaba ese pinche viejo?
—Sé todo de tu Francisco, sus horarios, su domicilio, hijos, trabajo, bla bla bla. Nada entra o sale de este pueblo sin que se me notifique eh—
—No… imposible… no puedes hacernos esto por favor—
—¿Ahora me vas a rogar? nah, mira te lo dejo bien claro si no quieres que le demos un levantón a alguno de tus hijos o a tu maridito yo que tú me iba desvistiendo— compungida, los ojos de la mujer se volvieron cristalinos por las lágrimas que empezaban a manar y se lamentaba a viva voz mientras se cubría la cara con las manos, la situación la rebasaba.
—No llores lindura, ponme atención, tu ...