1. EL REGRESO


    Fecha: 09/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... su hermano tomaran el sempiterno café de después de comer y cenar, fregarlas y colocarlas en su sitio, también se fue a su cuarto. Serían las primeras horas de la madrugada, entre las doce de la noche y la una de la madrugada, cuando todos en la casa dormían de tiempo ha, que Claudia, descalza y en camisón cortito, pues ni a las rodillas le llegaba, entró en la habitación de su hermano. Se acercó sigilosa a la cama y por un momento le miró mientras él dormía. Con aún más sigilo se inclinó sobre él y dejó un leve y delicado beso en sus labios, que apenas si rozó. A continuación dejó sobre la mesilla de noche que a su lado había una foto de ella misma. Luego, se sentó al borde de la cama, haciendo que Sergio se despertara. Como suele suceder, Sergio medio abrió los ojos en completa somnolencia; miró hacia donde su hermana estaba pero sólo dijo en aquel instante • ¡Claudia, déjame dormir, por favor! Y se dio la vuelta para seguir durmiendo. Pero eso sólo duró un segundo, pues de inmediato volvió a abrir los ojos, esta vez como platos y enteramente despierto, sin somnolencia alguna ya • ¡Claudia! ¿Qué haces aquí? • Nada de particular… Sólo deseo hablar contigo… • Y… ¿No puede ser mañana? • Pues no. Me urge dejar en claro ciertas cosas • ¡Por Dios Claudia!. • No me seas pejiguero hermanito. Anda, hazte a un lado y déjame sitio en la cama. ¿Sabes? Aquí hace fresco… Mientras esto decía. Claudia abría la cama metiéndose dentro, por lo que Sergio no tuvo más remedio que desplazarse, ...
    ... dejando sitio a su hermana junto a él. Ya en la cama, Claudia tomó de la merita de noche la foto que antes allí dejara. Se la mostró a su hermano al tiempo que le decía • No creas que te “fisgué” nada, pero al tomar la cartera de esta mesilla de noche se calló al suelo, con lo que no tuve más remedio que verla. Y me la guardé para que me explicaras qué hace en tu cartera. Vamos, explícate Sergio bajó los ojos, no quería mirarla, y casi balbuciendo repuso • No sé de qué te extrañas. Eres mi hermana… • ¡Y un cuerno hermanito! Los hombres en la cartera lleváis la foto de la madre, cosa que tú no llevas, por cierto… O la foto de la novia, la esposa, la amante… Pero no la de una hermana… Dime la verdad, ¿por qué llevas tú una mía? Sergio quería que la tierra se lo tragara. Se mantuvo en silencio y el rostro lo hundió más aún en su pecho, si ello fuera posible. • ¿Tendré que adivinarlo yo?. ¿No será, Sergio, que para ti yo soy algo más que una hermana? ¿No será que, digamos, querrías que yo fuera tu novia?. Dime Sergio, ¿es así, verdad? Me quieres como mujer, además de cómo a hermana y por eso llevas mi foto contigo ¿Verdad? Sergio ya no sabía ni dónde meterse… Siguió mudo, por lo que, simplemente, asintió con la cabeza Claudia suspiró. Dejó la foto sobre la mesilla y, metiéndose aún más en la cama buscando un contacto más prieto con Sergio, le dijo • Si me quieres, si me querías, ¿por qué me hiciste lo que me hiciste aquella noche de hace once años? Sabes, desde que entraste en mi ...
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