Relatos eróticos esposos cómplices cap 157 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 157

CONTINUACIÓN 

Hola amigos somos Manuel y Rosa que empezamos a errarle nuestras vivencias con nuestros compadres en el cap anterior 156 y hoy seguiremos.

Dejándola descansar a mi mujer me fuí a preparar el desayuno para cuándo despierte mi hijo tome y se vaya a hacer su deporte. 

Terminando regresé a mi dormitorio para descansar, tratando de no molestar a mi mujer para que se recupere.

 A las 2 de la tarde me levantaron los toques en mi puerta y era mi compadre qué pidiendo disculpas preguntó por el estado de mi señora.

Yo : Anoche la revisé, tenía la concha inflamada y roja, acompañada de mucho dolor. La asee y echándole una crema y dándole unas pastillas para el dolor e inflamación se echó a dormir y aún no despierta.

Compadre : Compadre quisiera revisarla. Puedo ?

Yo : Ay compadre, con todo lo que hicimos, usted creé que se lo puedo negar.

Compadre : Si pues compadre. Gracias 

Entramos al dormitorio y viéndola despierta se saludaron, preguntando si podía  revisarla.

Rosa : Compadre, qué vergüenza que usted vea mis intimidades.

Compadre : A éstas alturas comadre, no creé qué yá pueda ver su desnudez.

Rosa : Tiene razón Compadre.

Con las piernas abiertas mi señora mostraba su concha roja, aún abierta y abultada, con unos hilitos de sangre.

El compadre tomó unas gasas y limpiando me preguntó, si anoche estuvo igual. Le dije que si, pero no se le veía sangre.
C
Compadre : Voy a comprarle unas pastillas contra la ...

... infección.

Yo : Está bien Compadre, mientras yo preparo el almuerzo.

Compadre : No sé preocupe compadre de pasada traigo el almuerzo.

Yo : Compadre no gaste.

Compadre : Es lo mínimo que puedo hacer por ustedes, además yá es muy tarde para que cocine. Yá vengo.

En ése tiempo la llevé al baño para lavarse y estar fresca.

A la hora regresó el compadre con el almuerzo y con las pastillas que le dió a mi señora

Compadre : Terminando de almorzar con mi hijo, regreso para conversar.

Mientras almorzaba con mi señora llegó mi hijo, almorzando con nosotros pidiéndole que estos días ayude a su mamá que se había caído y tenía que descansar.

Terminando y quedándonos solos.

Yo : Amorcito, no pensé que lograras aguantar hasta el último milímetro de ésa tremenda cosa. Estoy orgulloso de tí.

Rosa : Amor, era muy grande, pero creo que lo peor, era lo dura que la tenía. Parecía piedra. Éso es lo que me ha dejado mal. Me sentía morir partida en dos. Dios mío, no quiero ni recordar.

En éso llegó el compadre y entrando.

Compadre : Comadrita usted disculpe, no pensé dejarla así.

Rosa : No se preocupe compadre y no se sienta mal, ésta fué nuestra decisión.

Yo : Compadre disculpe una pregunta. A nuestra comadre la dejó igual ?

Compadre : Si, sólo que ella tuvo un desmayo, pero con el tiempo se fué acostumbrando y lo hacíamos normal.

Compadre : Compadre, la comadre tiene que descansar por lo menos un par de días y me he tomado la atribución de pensar cómo lo ...