Relatos eróticos esposos cómplices cap 166 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 166

... estar duro y con ganas.

Ésa mañana entró calata a mi cuarto y agarrando mi verga la chupó por 15 minutos, luego yo la voltee metiendo lengua por todos lados haciéndola saltar.

Estando boca abajo con el culo parado le pregunté si tenía crema. Me dijo que se le había acabado. Hija, con saliva nomás. No papá, y si me echas mantequilla no resbala mejor ? Nunca lo he usado pero probemos.

Traje la mantequilla y le unté en su ano y en mi verga y estando en posición le coloqué la punta en el orificio.

Empujé 3 veces y se resbalaba, me apoye con una mano y con la otra agarré mi verga y estando a tiro empujé logrando meterle la cabeza.

Hija : Mierda....Ayyyyyyyy mierda cómo duele Ayyyyyyy papá me matas Ayyyyy
Ouchhhhhn como duele Ayyyyyyy 

Yo : Te lo saco hija ?

Hija : Ayyyyyyy no termina de romperme Ayyyyyyy yá está todo ?

Yo : Aún no. Voy a llegar a la mitad.

Hija : Mier. Ayyyyyyy papá ahora sí me muero Ayyyyyyy Ouchhhhhhhhhhh cómo duele Ayyyyyyy si mi marido me viera, no sé si se molestaría o se alegraría. Tú qué creés papá 

Yo  : No lo sé hija. Hay hombres que les gusta ver a sus mujeres gozar con otros hombres, pero no es gusto de todos. Tú conoces mejor a tu marido.

Hija : Ayyyyyyy voy a estudiarlo bien papá, a tí no te molestaría ?

Yo : Para nada hija, sería ...

... todo lo contrario, así te cacho con más tranquilidad. Hasta se pueden hacer más cosas.

Hija : Ayyyyyyy cositas, cómo que papá 

Yo : Como el sánguche.

Hija : Ayyyy cómo es éso ?

Yo : Que te lo metan 2 hombres a la vez, uno por adelante y otro por atrás.

Hija : Ayyyyy suena delicioso papá. Voy a sondear a mi marido y te aviso.

Yo : Hija, yá lo tienes todo adentro ahora voy a moverme aguanta un poco más.

Me moví como potro salvaje golpeando duro sus nalgas, metiendo y sacando mi verga, escuchándola gemir le iba llenando el culo con mi leche y después de mis últimas 2 estocadas me quedé dormido encima de ella.

Desperté a mis 20 minutos.

Yo : Discúlpame hija me quedé dormido, pobrecita, tras que te rompo el culo te agarro de colchón.

Descansamos media hora más y al levantarme vi las sábanas con leche, sangre y heces.

Hija : Ay papá que vergüenza. Ayúdame a ir a la ducha, que me siento destrozada por dentro.

Cuando la bañaba le limpiaba el culo que estaba embarrado le dije : Hija, no tengas vergüenza. Cuántas veces te he limpiado tus cagadas.

Hija : Tienes razón papá. Gracias por hacerme sentir una mujer completamente realizada por qué ahora yá no tengo más huecos para romper.

Nos abrazamos calatos cayendonos el agua de la ducha dándonos un gran beso apasionado.