Relatos eróticos esposos cómplices cap 170 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 170

... sólo nos queda el médico de mi trabajo.

Yo : Ése negro que siempre me molesta cuando me vé ?
Y no hay otro ?

Pepe : Podría buscar un médico particular, pero no sé si me alcance para sus honorarios, además ellos informan a la policía y qué decimos por tu estado ?

Yo : Amor, si no queda de otra.

Mi marido lo llamó y aceptó teniendo que dejar una reunión familiar, pero lo hacía por que nos estima.

Llegó con su maletín y después de saludar a mi esposo se acercó a mí dándome un beso, estando boca abajo cubierta con una manta.

Sentado frente a los dos nos pidió más información y en qué nos podía ayudar.

Pepe : Mira Efrain, anoche tuvimos una noche loca y con los tragos encima vinimos al hotel y entre nuestras locuras usamos un consolador que la ha dejado sangrando hasta ahora.

Doc : Entiendo. Puedes mostrarme el consolador ?

Pepe : No, por que preocupado por lo que hice salí a caminar tirando el consolador de cólera.

Doc : Pero puedes decirme de qué tamaño era ? Pero necesito la verdad.

Pepe : Con sus dos manos le mostró la medida, que no era de ningun consolador, si no el tamaño de la verga de Manuelito.

Doc : Guau, Pepe, pero éso es un abuso y dime cuánto le entró ?

Al mirarnos a la cara con mi marido el Doc volvió a decir "La verdad por favor" Todo Efraín y mientras yo  escuchaba escondía mi cara entre las sábanas.

Doc : Ohhhh y tú Wendy  lo aceptaste ?

Doc : Ay muchachos, pero ustedes se pasaron, 

Pepe ; Efraín nunca has visto ...

... un caso así. Tú mismo no te has divertido ?.

Doc  : Si Pepe, pero nunca llegué a ésos limites.
A ver Wendy para revisarte.

Pepe me sacó la manta, viendo qué la toalla que tenía en mi culo estaba con sangre.

Doc : Pepe, el daño ha sido anal ?
Disculpen, pero Ustedes estuvieron fumados o con drogas ?

Pepe : No Efraín sólo con unos tragos y queríamos divertirnos.

El doc moviendo su cabeza pidió unas toallas y agua tibia para asearme.

Para no moverme por qué sabía de mi dolor, el doc se acomodó como pudo y mientras me aseaba, yo le miraba por el espejo la cara de depravado que ponía al mirarme las nalgas y morder sus labios cuando me las tocaba con descaro.

Con los guantes puestos metía su dedo en mi ano para sentir la herida y al meter más al fondo me hacía gritar.

Sacó el dedo y me puso una inyección y a los 5 minutos siguió intentándolo sin hacerme doler, pero yo sentí su dedo medio por completo dentro mío moviéndose como gusanito.

Luego lo sacó y dijo que no podía dar con la herida por ser muy profunda y era mejor ponerle unas inyecciones y que descanse por una semana, en que la espera en su consultorio.

En todo éste proceso su paquete abultado me lo rozaba por dónde podía hasta qué terminó, cerrando su maletín y lavando sus  manos mientras yo miraba que su paquete se lo estaba llevando bien abultado, poniéndome algo cachonda.

Pepe : Efraín, cuánto te debo ?

Doc : Pepe, sabes que ésto debería de informarlo, pero no lo haré y por mis años, ...