VOLVIENDO AL BARRIO - Relatos Eróticos

VOLVIENDO AL BARRIO

... encontrara a todas no sería lo mismo.			
-¡Te olvidaste que ibas a intentar tener tu pija en mi culo 15 minutos! – Kirky no dejaba pasar de largo nada que le podría ofrecer lujuria y placer.
-Está bien, pero iremos despacio. No quiero hacerte ningún daño.
	Fui al baño por el lubricante.
-Esto es bueno, lo hace más suave, además es… ¿cómo se llama? ¡Anestésico! ¡Eso! No vas a sentir ninguna molestia…
-Pero…, ¿Siento la pija dentro del culo? ¡Eso es lo que quiero!
-¡Si, por supuesto! Además. Si la tenemos 15 minutos adentro… ¡la sentirás de sobra!
	A eso fuimos.
-Ponete en cuatro, el culo bien arriba. ¿Hace mucho que te la metieron por el culo?
-¡Ufff…! Desde que estaba terminando el secundario. Un boludo me convenció…, y cuando me la estaba metiendo… ¡me dolió tanto que salí rajando y lo dejé con la pija al aire! ¡Jajaja!
	Ya colocada, una vez más hice algo de mí “rutina”: me acosté boca arriba entre sus piernas y le enchastré de saliva la concha mientras chupaba…, luego me levanté y fui al esfínter con el mismo propósito… En ningún momento dejé de acariciarle la espalda y de amasar sus tetas. ¡Se lo merece por hermosa y voluptuosa!
-Separate las nalgas, mi amor…
	Cuando Kirky lo hizo, introduje mi cabeza entre ellas y lamí, besé y chupé el hoyito.
-¡Papito, qué rico! – Kirky movía el culito suavemente… - ¡Tus besos y caricias me hacen acabar!
	Llevaba mis dedos desde la chorreante concha hasta el esfínter. Una y otra vez humedecía el pequeño y arrugadito ...

... asterisco. ¡Qué hoyito tan hermoso! 
Intenté una suave penetración. ¡Mi conciencia estaba inquieta! ¿Podría llevar mis deseos hasta provocar la distensión de ese hermosísimo hoyito? Acariciaba suavemente el ano de Kirky con mi dedo índice, lo llevaba a la conchita y volvía al ano. Apenitas apretaba la yema en el hoyito. ¡Se dilata, sin duda!
-¡Aaaahhh! ¡Dios, diositoooo! ¡Qué rico! ¡Ay papito! ¡Acabo de nuevo!
	Kirky inundaba mis dedos, sus muslos…, y las sábanas…
-¡Ay papito! ¡Papito! ¡Tengo que ir al baño! ¡Me hago pis!
	Kirky seguía en cuatro. Inmediatamente volví a acostarme boca arriba entre sus piernas.
-¡Dame el pis en mi boca! ¡Lo quiero todo para mí!
	La nena se acuclilló como si yo la fuera a lamer, y eyectó la orina. Algo cayó sobre mi pera, pero me acomodé rápidamente. Prácticamente todo el orín fue a mi boca. ¡Un delicioso tibio caldito!
-¡Papito! ¡Qué tan rico es verte tomar mi pis! ¡Ahora sé a qué te referías cuando hablabas de lujuria y perversión! ¡Yo también quiero serlo! – Lo más notable de Kirky que, si bien coge como una adulta, tiene reacciones y tendencias de adolescente. ¡Debo reconocer que eso es una de las cosas que me encantan de Kirky! ¡Tantos años de adolescente tratando de enganchar a pequeñas!
	Recordé el hecho al que se refería Kirky cuando me dijo que me había cogido a las maestras para llegar a sus alumnas…
	¡Lo cual es cierto! Tenía poco más de 24 años. Hacía poco que me había recibido. ¡Y era la ley de la vida! ¡Recién recibido, ...