1. Mis Memorias xxx 2


    Fecha: 27/03/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: MARUJA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... jajaja pensaba.
    
    Pero al verlo desnudo me asombro su verga larga gruesa y bien parada, haciéndome olvidar los huesos que antes ví.
    
    Yo : Abuelo, qué vergota tienes.
    
    Abuelo : Te gusta hijita.
    
    Yo : Si, pero da miedo. Es tan larga que no creo que llegue a tenerla toda adentro y su grosor me va a romper mi concha. La verdad abuelito no creo que me entre toda.
    
    Abuelo : No te preocupes hijita, yo sé cómo te lo voy a meter. Chúpamela.
    
    La tenía bien dura y con los ojos cerrados recorría con mi lengua toda su verga hasta llegar a sus huevos que eran dos bolitas pequeñas que metí a mi boca jugando con ellos.
    
    Por lo arrecho que estaba el abuelo me echó en la cama y poniendo su punta en mi entrada empujó por 6 veces y el 7a me entró su cabeza sintiendo un cuerpo extrañando dentro de mi qué me quemaba y me dolía.
    
    Me aguanté de gritar por los vecinos y él seguía metiendo sin detenerse, me sentía más mujer pero no le encontraba el gusto sólo sentía dolor.
    
    A los 15 minutos se tendió encima mío
    
    Abuelo : Hija, trataré de sacarlo antes de llenarte con mi leche.
    
    Yo : Abuelo, no pensé en éso, pero no me la de adentro por qué puede preñarme y ahí si tendré problemas.
    
    Mi abuelo sacaba y volvía a meter su verga con fuerza ...
    ... clavándome contra la cama, luego se movía en círculos y yo quieta traté de encontrar el gusto pero sólo sentía dolor.
    
    A los 5 minutos sentí su verga quemar como cuando papá bota su leche.
    
    Yo : Abuelo saquelo por favor. 
    
    En ése momento comencé a sentir gusto.
    
    Yo : Abuelo saque,..  ya no, lléname con tu leche. Sácalo abuelo,... lléname 
    
    Estaba tan arrecha que no sabía que decía. De pronto lo veo a mi abuelo parado frente a mi metiendo su verga en mi boca dándome a tragar su leche
    
    Qué rico había Sido el sexo. Terminando se echó a mi lado acariciando mi pelo mientras yo lloraba por lo que había hecho, con quién lo había hecho y por el dolor que tenía.
    
    Al rato me paré viendo las sábanas manchadas con mi sangre.
    
    Abuelo : No te preocupes, yo cambio todo ésto. Vamos a bañarnos.
    
    Me  enjabono todo mi cuerpo teniendo cuidado con mi concha que aún sangraba.
    
    Salimos, volteó el colchón y cambió las sábanas mientras yo me cambiaba.
    
    Abuelo : Muchas gracias hijita. Toma para que te compres pastillas para no salir preñada.
    
    Nos miramos y dándonos un beso en la boca me fuí a mi casa tratando de caminar lo mejor posible.
    
    Desde ésa tarde me sentí otra. Una mujer más mujer.
    
    Nunca se lo conté a nadie por más que me preguntaron. 
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