1. Morena (Parte 1 de 2)


    Fecha: 23/12/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... noche.
    
    De manos grandes y masculinas, de caminar cansino, con una colita respingada que no puedo evitar pasar por alto, de mirar penetrante y sonrisa peligrosa, ese tipo de hombre al que si le mantienes la mirada es probable que te enrede en su tela araña…
    
    Me enamoré perdidamente de él, mi doctor, mi compañero, mi amante y… mi esposo.
    
    Nos casamos un quince de abril, con una hermosa ceremonia rodeados de parientes, afectos, conocidos, donde no podía faltar Morena, mi mejor amiga, la cómplice de nuestro secreto, el mejor guardado, porque no pude contarle sobre eso a Milton, nunca lo supo, ni lo sabe, ni lo sabrá.
    
    Pasaron algunos años más, y naturalmente los juegos con Morena habían terminado, ahora era una mujer casada y mi vida lógicamente había cambiado, seguimos siendo excelentes amigas, y nos mantuvimos en contacto, aunque más no sea por un mail, porque cada una siguió su camino en la vida.
    
    Llegados mis treinta, con mi vida amorosa en pleno auge y con la búsqueda de nuestro primer niño, y ya un tanto distanciada de Morena, solo se dio un encuentro…
    
    Ella hacía más de un mes que con insistencia decía que tenía que hablar conmigo, algo importante, algo que no podía esperar, algo que en ese momento no le di mucha importancia, pero hacía rato que no nos veíamos, y dado que Milton viajaría a un congreso médico a Francia, pues quedamos en cenar a solas como en los viejos tiempos.
    
    Era un sábado quince de mayo, a pesar de que debíamos estar en pleno otoño hacía ...
    ... un calor insoportable, propio de verano, lleno de humedad haciendo la sensación en la piel insoportable.
    
    Solo me puse un jean celeste, con una remera blanca, zapatillas del mismo tono y mi bolso de mano lleno de todas las cosas típicas de mujeres, mi móvil, la llave del coche, un vino fino y el postre que había preparado en la tarde.
    
    Morena vivía en un coqueto loft en la mejor zona de la ciudad, ella vivía sola y el sueldo de su empleo le sobraba para darse una vida de lujos. Lejos de los hombres, su homosexualidad seguía siendo tabú, algo que jamás le contaría a su familia.
    
    Al llegar, toqué el portero y sentí su voz al otro lado, me permitió el ingreso, y me dirigí por el corredor haciendo equilibrios entre la botella, el postre y mi bolso.
    
    Subí al ascensor y en el silencio del lugar, mientras subía a su departamento solo hice memoria, hacía más de dos años que no nos veíamos cara a cara, y que solo hablábamos por Whatsapp, tal vez demasiado tiempo para dos amigas tan íntimas, demasiado íntimas.
    
    Al llegar, ella abrió la puerta y me tomó por sorpresa en un eterno y profundo abrazo, me besó la mejilla y sus ojos se empañaron en lágrimas que se esforzó por contener
    
    Soy una tonta…
    
    Sentenció mientras con el revés de sus dedos intentaba evitar que se corriera el rímel. Yo solo la observé en silencio, la enana, porque Morena apenas medía un metro y medio, estaba sobre unas botas negras a la rodilla, con finísimos tacos de más de veinte centímetros, no sé cómo ...