1. Secreto a cuatro voces 3: Los dos hoteles


    Fecha: 24/12/2018, Categorías: Primera Vez Autor: Sirena y Triton, Fuente: CuentoRelatos

    ... preservativo, pero ésta en un ataque de plena excitación, le dijo que la penetrara un rato sin condón. Por el impulso del momento, él la besó nuevamente, se le subió y la penetró profundamente. Ella gemía y comenzó a gritar: “Cóño César, me encanta que me cojas”. “Me fascina que me lo metas con ganas”. “Anda papito, cógeme más”. “Se siente diferente sin condón”. César con aliento entrecortado por la emoción, le decía: “Me excita que me digas todas esas vergas”. “Tienes la cuca riquísima y muy mojada”. “Me escoñeta pensar que estas chorreada por mí”. Mientras César bombeaba, Carolina disfrutaba al máximo, parecía que producto de las últimas sesiones, él había aprendido a aguantar un poco más antes de terminar.
    
    Sin detener el ritmo, César levantó las piernas de Carolina, colocándolas en su pecho. Lo que hizo que la penetración fuera aún más profunda. Ella, en pocos minutos, ya alcanzaba dos orgasmos más. En esta posición él podía lamerle de cuando en cuando los pies. Buscando variar la posición, la volteó y con una mano comenzó a masturbarle la vagina y con un dedo de la otra le acariciaba el ano. Ella temblaba y le pedía que la siguiera penetrando. Después de un minuto él se le subió nuevamente y la penetró por la vagina, pero desde atrás. Primero con ella acostada y luego en la posición de perrito. El bombeo llegó a tal profundidad, que ella sintió un poco de dolor, y por eso regresaron a la posición en la cual ella estaba acostada.
    
    En el Hotel Las Montañas, Tamy y ...
    ... Roberto en la ducha, después de enjabonarse mutuamente, ya estaban lo suficientemente calientes. Salieron de la ducha y ella con cierta intensidad logró sentarlo en la poceta del baño. Se le subió y comenzó a cabalgarlo. Ella no aguantó y tuvo su primer orgasmo, lo que hizo que liberara la mayor tensión y comenzó a decirle en el oído: “Verga Roberto, tienes el huevo super parado”. “Me encanta sentir que lo tienes así por mí”. “Cada dos días me masturbo pensando que me estas cogiendo”. Roberto le agarraba bastante fuerte las nalgas. En un momento la estaba penetrando y ya tenía un dedo en el ano de Tamy. Ella gemía y gritaba: “Si… por el culo… si… por el culo…”. Después de haber conseguido dos orgasmos más, Tamy se levantó y se fue para la cama.
    
    Roberto, después de secarse un tanto el sudor, caminó apresuradamente hasta alcanzarla. Y esta, apenas sintió que él se recostaba, se incorporó y bajando su cabeza, se introdujo el pene en la boca. Con esos labios carnosos, subía y bajaba por el tallo y el glande de aquel miembro. Su lengua se movía como loca mientras lo introducía y lo sacaba. Roberto, que estaba cada vez más excitado, con un movimiento sutil y firme, la retiró y la acomodó en la posición del misionero. Se colocó el preservativo, le abrió las piernas y le introdujo el pene por la vagina. A la primera embestida, ella abrió los ojos al máximo y le preguntó: ¿Qué tanto te gusto Roberto?. Él, casi gritando por el ritmo de la penetración, le contestó: “Me encantas. Tienes ...
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