NO HAY DOS SIN TRES - Relatos Eróticos

NO HAY DOS SIN TRES

No hay dudas, Valeria sale a la mamá. ¡Emma es un terremoto y la hija una locomotora! ¡Cómo cogen estas minas!
	Mientras bombeaba, estando Emma abajo mío, la hembra andaba por un cuarto orgasmo. ¡Un verdadero terremoto! Yo no daba más… 
-¡Mamita te lleno!
-¡Si mi amor! ¡Llename de lechita! – Las piernas de Emma me atenazan la cintura, al tiempo que se estremece, yo me sacudo al ritmo de mi eyaculación.
	Emma no se hizo problemas por mi acabada dentro suyo. Supongo que se estará cuidando… y si no… paciencia…
	De todas maneras, polvo tras polvo…, algo maravilloso. Emma recurrió a todas las poses imaginables… “¡Metemela por el culo! ¡Damela para chuparla! ¡Meteme la lengua en la concha!” ¡No deja de tener “exigencias”! Prácticamente una hora y media cogiendo… 
-¡Mamita! ¡Me matás! – No daba más…
-¡Mi amor! ¡Dani divino! ¡No hay en este pueblo nadie que coja como vos!
-¡No hay muchas mujeres en el mundo que lo hagan como vos, mi amor…! – Yo correspondía cómo podía a los halagos de la hirviente hembra… - En verdad, Emma querida. ¡Es tan exquisito estar dentro tuyo!
-¡Ay papito! ¡Cómo te palpita!
-¡En el mundo no hay mejor lecho para mi pija que tus agujeros! – Bombeaba con desesperación. Sentía sus orgasmos, uno tras otro, inundando pelvis, muslos, y cama…
	No dejaba de besarla. Me desensarté y fui con mi boca a su concha.
-¡Mamita! ¡Lo más sabrosa y aromático del mundo! ¡Tendría tu conchita siempre en mi boca!
-¡Mi amor! ¡Es tan rico sentir tu lengüita! ¡Me encanta ...

... tus chupadas! – Emma se acomodaba y movía de forma tal que mis labios recorrían todo el pubis, desde el monte de venus hasta el ano. - 
	Ella seguía boca arriba, con las piernas separadas y levemente recogidas. Levantaba sus caderas para que mi lengua llegara a su ano. 
	Hice que se levantara y se pusiera en cuatro en el borde de la cama, con el culo bien parado. Si bien lo tenía dilatado por anteriores y frecuentes usos, no dejé de embardunarlo con gel lubricante, al igual que mi pija, desde el glande hasta la base del tronco.
	Se la clavé totalmente en el primer intento. Emma ofrecía el culo a eventuales “pasajeros…” ¡No hay desperdicio! ¡El recto es deliciosamente aterciopelado! El frecuente uso lo hace mucho más fácil y sin ninguna molestia para el choto. El mete y saca es casi poético. Lo hago mientras beso y acaricio la espalda y el cuello.
-¡Aaaggg uggg aaaaa! ¡Dani! ¡Qué rico! ¡Movete fuerte! 
Emma activa el movimiento de sus caderas: ¡atrás-adelante-atrás-adelante…! acompañando mi ritmo de bombeo. Siempre con clase, sin que la pija salga más allá del tronco: ¡el glande siempre adentro!
-¡Uuggg aaaaa! ¡Dale! ¡Así! – Sus gritos son acompañados por acabadas sin interrupción.
	Golpecitos en la puerta.
-¿Quién es? – Pregunto sin dejar de bombear.
-Soy Paula…
-Entrá, la puerta está sin seguro… - La dejo así, de esa manera, por aquellas curiosas que quiere ver cómo cojo… 
	Paula entra, abriendo la puerta suavemente. Sabe con lo que se va a encontrar. 
-Perdonen, ...