1. Alicia y sus cuñados 2


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues

    ... regresar a la quinta, no tardé más de cuarenta minutos. Al llegar, no encontraba a nadie, pensando que tal vez se estaban cogiendo a mi mujer, y que podría alcanzar a ver algo, me dirigí sigilosamente, sin hacer ruido, hasta el interior de la casa. “Deben estar en una de las recamaras” –pensé-. Al pasar la sala, me quedé boquiabierto y paralizado. Rogelio sujetaba las enormes tetas de Alicia con sus manos, sentado en un enorme sillón. Mi esposa estaba montada de rodillas, sobre las piernas de Rogelio, sus brazos hacia atrás, apoyándose con sus manos, en las rodillas de su cuñado. La enorme y gruesa verga oscura, de mi concuño, estaba ensartada completamente en la panocha de mi señora, los negros y brillantes vellos de la entrepierna de mi mujer, se confundían y se entrelazaban, con los pelos entrecanos del pubis de Rogelio. Alicia rotaba sus enormes y blancas nalgas en círculos, apareciendo y desapareciendo, parte de la oscura y gruesa verga de Rogelio, del interior de su raja. Roberto por su parte, sujetaba sus rizados cabellos, acompasando el movimiento, mientras la follaba por la boca, chocando sus peludos huevos en la barbilla de mi señora. Rolando metía, centímetro a centímetro, su larga y cilíndrica verga aperlada, en el apretado trasero de Alicia. Roberto sacó su daga, de la boquita de mi mujer, apareciendo una enorme, venosa y gruesa verga, escupiendo leche a diestra y siniestra, todos los chisguetes se estrellaban en el bello rostro de mi esposa. Quise correr a ...
    ... ocultarme, pero estaba estupefacto, cuando Rolando sacó su reata, del interior de los intestinos de mi mujer; mirándome fijamente. Sus ojos se abrieron por completo, denotando espanto en su mirada, mientras su garrote, escupía mecos, en las blancas nalgas de mi esposa. -Lo… Lo sien-to. No sabíamos que, que regresarías tan pronto. Roberto giró su cabeza y me contempló con sorpresa, mientras seguían saliendo borbotones de semen de su verga, y cacheteaba con ella, el rostro de mi señora. -¡A la madre! ¡Ya nos cayó el chahuistle! –Exclamó desconcertado-. Ambos se apartaron inmediatamente, procediendo a recoger sus ropas y vestirse velozmente. Rogelio me miró avergonzado, aventando a mí esposa, desenchufándola de su garrote intempestivamente; quien continuaba con sus movimientos oscilatorios. Alicia, antes del empuje de Rogelio, no me había visto, ya que estaba disfrutando de la enorme cogida que le daba su cuñado, estaba con los ojos en blanco y con la boca abierta. Alicia cayó parada, me miró asustada, llevándose una de sus manos a la boca, mientras Rogelio se levantaba, también traía entre sus manos, su gigantesca y gorda verga, sujetaba con una de sus manos. los huevos y la base de su morena reata. -Perdón Ramón. No sabíamos… -Decía desconcertado, de pronto sus ojos se abrieron-, ¡Aaarrg! –Gruñó roncamente-. Perdona Ramón, perdóname es que no lo puedo evitar. –Me seguía diciendo, mientras apuntaba su enorme y gruesa verga, hacia la peluda panocha de mi esposa, y le bañaba de mecos ...
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