1. Alicia y sus cuñados 2


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues

    ... asechando, hasta que mi suegra desapareció. Regresé a mi punto de observación. Rolando colocaba su celular en una mesita, cerca de la cama y se desnudaba completamente, me imagino que estuvo tomado fotografías de mi mujer, que yacía “dormida”, con las piernas ligeramente cerradas, su pequeña bata estaba enrollada en su cintura, sus enormes pechos están afuera de su bata y cubiertos completamente de saliva. Rolando, no había perdido tiempo y le había mamado ya, sus redondos cantaros de carne. Mi señora se miraba gloriosa, sus torneadas piernas unidas a su entrepierna, formaban una erótica y sensual “y griega”, de su plano abdomen, sobresalían, sus soberbios vellos púbicos y su libertino ombligo. Rolando sujetó sus tobillos y le abrió las piernas completamente, se subió a la cama, y se situó en medio de sus piernas, restregó con vehemencia su garrote en la pepita de mi mujer, cerraba los ojos, o los ponía en blanco, de la excitación que sentía. Acarició su sedoso cabello, rizado y negro; besó sus orejas; sus cejas; su nariz; sus mejillas; mientras movía su pelvis en círculos, tratando de enterrarle su tolete, en la delicada almejita de mi señora. Acarició los labios de mi señora, con su lengua, la cual empujó bruscamente dentro de su boca y la besó con frenesí, una, y otra, y mil veces más. Lamió todos los recovecos de aquella boquita dulce, mordía suavemente su largo cuello, dejándole marcas, la chupeteaba con ansia, como vampiro sediento, agarró sus enormes y redondos ...
    ... cantaros de firme carne, y las contemplaba con admiración, me imagino que diciendo, “estas si son unas reales tetas, no las manzanitas de mi mujer”, se agachó, y antes de exprimirlos con violencia, los chupó y mordió a su antojo. Besó con pasión, toda la redondez de sus enormes chiches, luego, bajó hasta su cintura, besó su ombligo, metió su lengua en el hoyito y la deslizaba en círculos, luego lo volvía a besar, le dedico unos minutos a esa labor. Mi señora, no decía nada, de vez en cuando entreabría los ojos para ver a su cuñado, se mordía el labio inferior y nuevamente cerraba sus ojos verdes, estaba en estado de éxtasis y a la vez de euforia. Rolando metió sus manos por debajo del cuerpo de mi mujercita, palpó y agarré sus nalgas, las estrujó con vehemencia. Con sus manos, separó sus labios y comenzó a tantear su rajita y notar la humedad que allí había, y posó sus labios en el conejito de Alicia y empezó a chupar, a mamar, mientras su panocha destilaba mil deliciosos jugos, que el absorbía con glotonería. Alicia se vino una y otra vez, y Rolando bebía gustoso su néctar prohibido, la movía como trapo en diferentes posiciones, sin preocuparse de que “despertara” mi mujer, le mamó su panocha hasta que se cansó, le mordió las enormes y blancas nalgas de mi mujer, le mamó el agujero de su culo, hasta que de pronto, en mi ángulo de visión, aparecía la cabeza de Rolando, envuelta entre las piernotas de mi señora, y veía claramente, como sacaba su larga lengua y la introducía en la ...
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