ENSEÑANZA PRIVILEGIADA - Relatos Eróticos

ENSEÑANZA PRIVILEGIADA

... preocupés, vamos… - Me levanto tomándola de una mano… - Quiero que te sea fácil.
-Profe…, no quiero molestar…
-No es molestia, tesoro, es un placer… - La tomé de una mano y con el otro brazo le rodeé la cintura, apoyando la mano en su generosa cadera… Ofelia está a punto… - Vos sabés que me gusta mucho “ayudarte…” – El “ayudarte” se lo dije con toda la intención del mundo…
-¡Ay profe! ¡Qué molestia! ¿Por qué viene? Puede quedarse… - ¡Sabe disimular!
-Quiero estar con vos para ver que no tengas problemas y que lo encuentres fácil…
-Gracias profe… Usted es un amor…, ya me lo dijo mi mamá…
-¿Eso te dijo tu mamá? Se lo agradeceré tan pronto pueda. 
-Si, claro, mi mamá estará muy agradecida…, pero yo…, ahora…, bueno…, yo voy a hacer pis…
-Si tesoro…, te quiero ver…
-¿Ver? ¿Cómo hago pis? ¿Por qué?
-Porque me gustás mucho y quiero verte haciendo pis, para encantarme con tu colita y tu cosita linda…, esa que tenés entre las piernas… - Sé perfectamente que la nena no tiene pruritos convencionales…
-¡Ay profe! ¡Me da vergüenza!
-No mi amor, no tengas vergüenza… ¡Nadie lo va a saber!
Habíamos llegado al baño. Como estoy solo no hace falta mayores precauciones… ¡Le quiero hacer de todo!
Le levanto la pollerita, le bajo la bombachita y la paro sobre la tabla. Ella, complaciente, dejó que yo actuara en todo lo posible. ¡Le encanta! 
La tomé de los glúteos y puse mi boca justo a la salida de la uretra… Mientras Ofelia orinaba, me bebí el riquísimo orín…, me abrí la bragueta ...

... y saqué la pija, totalmente al palo. Más o menos un minuto bebiendo…, y luego se la mostré.
-¡Uy profe! ¡Esoooo! ¡Qué grandeeee!
-Abrí la boquita, tesoro… - No quiero perder tiempo.
-¿Me la tengo que comer?
-¡Jajaja! ¡Nooo! ¡Chupar nomás! – Ofelia abrió la boquita tanto como pudo y sacó la lengua. – Pasale le lengua, sin morder. Dale besitos…
Con la mejor buena voluntad me hizo una artesanal mamada, pero con muchas ganas. La saqué rápido y me agaché metiendo la mano entre sus piernas, humedeciendo mis dedos con el orín residual. Los saqué y los chupé.
-¡Qué rico es tu pis, preciosa!
-Y…, si le gusta… - Ofelia no estaba muy convencida, aunque no mostraba asco… - ¡Se lo doy todas las veces que quiera!
Sin duda, le encanta mi actitud.
-¡Me gusta muchísimo! En algún momento te daré a probar el mío. - ¡Es toda mi intención! 
-Si, dele, dele, me gustaría mucho… - La nena tiene la mejor sonrisa, mientras la levanto y siento en el bidet, abriendo la lluvia vertical y enjabonado concha y culo. A la nena le encantó.
-Yo también me lavo, no me quedo sucia… - Sabe que me gustan limpitas. – Me gusta estar siempre limpia.
-Lo sé tesoro. Lo hago porque me gusta mucho acariciarte… mientras te lavo. - La paré sobre la tabla del inodoro y metí mi cabeza entre sus piernas.
Ofelia las separó para que me sea más cómodo, y lamí todo lo posible. La nena tuvo dos “meos” más… ¡una genia del orgasmo! 
La levanté. Chupé todo, todo…, concha y culo. Ofelia siguió estremeciéndose en acabadas ...