Mi dulce culito tierno reventado y contagiado - Relatos Eróticos

Mi dulce culito tierno reventado y contagiado

Hola. Soy un chico que le gusta vestir de CD, o sea, crossdresser. Tengo las nalgas duritas, más bien grandes para ser hombre y sin ningún vellito; mis pezones están muy redondos y me duelen las aréolas. Mi madre dice que es porque estoy desarrolládome y es cosa de las hormonas.
Estaré en mi primer año bachillerato después de este verano. A pesar de medir 1'69m. y tener poca musculatura, mis muslos son gruesos y mi cara con esos mofletes tan redondeados también me hace parecer de menos edad, unos 16 dicen.
Soy moreno, pecoso y de ojos claros. Me llamo Martín, pero me gusta que me digan Tinito, o Tiny. Tuve una cruel experiencia que cambió mi vida y me hizo muy vulnerable ante los hombres y sumiso. Aún lo recuerdo con mucha pena, pero me marcó para ser el pasivo que soy ahora.

Salí a la calle un día caluroso con mis auriculares en las orejas oyendo canciones de Anuel, cuando sin querer acabé en el parque de las afueras de la ciudad. Me senté muy sofocado en un banco y un viejo con apariencia de bonachón, como un papá Noel, se me acercó. Me dio los buenos días y se sentó a mi lado. Preguntó:
"¿Cuánto tiempo tienes? Jeje, ¿todavía no tienes 18?" -"PUES CLARO" -dije ofendido. -"Bueno, en unos meses, pero a usted que le importa"
Me respondió: "Ya, ya, peque, no te pongas así niña, si tienes los 18 ya has de tener pelos en los huevos"
Me gustó que se refiriera a mí como una niña, me sonrojé y junté las piernas, como escondiendo mi pito y huevos. Contesté con timidez: ...

... "Sí..." Y sonreí. Él sin mediar palabras, me puso la mano en mis pantalones cortos, justo en mi entrepierna, y apretó con sus dedos maduros de un individuo de casi sesenta años. Al notar mis huevos y picha, me agarró la pollita, flácida y comenzó a tirar de ella con malicia. 
"Eres una niña mala, ¿Para qué quieres esto? Debería arráncartelo"
-"Ay"- me quejé lloriqueando- "No sea así, señor. Dejé mis partes privadas por favor, no tiré de mi polla. Alguien nos puede ver".
Miaraba a todos lados y con la mano forcejeaba con él para apartar la suya de mi pito.
"Polla, potito o clítoris, eso es lo que tienes, está durito y no te crece...-suspiró con la voz aireado y más grave, mientras transpiraba, con su mirada cargada de lujuria sobre mi- tremenda nenaza que eres, pero te voy a quitar lo maleducado, para que aprendas a respetar a tus mayores".
Miró a ambos lados y me agarró del brazo.
"Ven, mi niña, vamos detrás de esos matorrales para que me enseñes tu cosita de nena" Yo le dije que no quería pero me tiró del brazo y empezó a levantar la voz:
"¡Qué me acompañes, niñato, puta, ¡¿Quieres que te baje los pantalones de golfa delante de todos?!" Aterrado de que alguien se quedara observando la escena y siendo una el parque parte de la ruta de muchos vecinos que después de las cinco salían de trabajar, pensé en obedecer. "Está bien, pero por favor, no grite, señor". Respondí entre lagrimitas.
Me llevó detrás de los matorrales y salivaba. Sacó su móvil y me ordenó que me bajará los ...