¿QUÉ HAY EN EL VOLGA? - Relatos Eróticos

¿QUÉ HAY EN EL VOLGA?

... están turnándose entre las tetas y el culo. Ximena se coloca, inclinándose hacia un lado u otro, de acuerdo a lo que mis dedos buscan…: el ingreso de un par de ellos al culo no afronta dificultades, lo que me complace, dado que el ingreso de la pija será sin problemas. Solamente falta quitarle la falda, que estoy ocupando con mi cabeza. Ella se la quita, quedando sólo con la tanguita, celeste con pintitas rojas…, casi de nena…
Mi lengua investiga cual es el gusto y el grado de humedad de la experta concha que tengo entre mis labios. Ximena me acaricia el cabello, reteniendo mi cabeza contra su pubis. Pasan varios minutos y un par de orgasmos. 
-¡Ay Dani, por favor… ¡metémela! – Ella ya se había ocupado de sacarme la camisa. 
¡Me voy a dar el gusto! Me paro para sacarme los pantalones. Ximena es más rápida. Me los baja junto con el bóxer y se lleva la pija a la boca…
-¡Uy, qué sabrosa! – Ni tres segundos para llegar a esa conclusión. - ¡Me la comería!
-¡Hey, ojo! ¡Luego me quedo sin nada que meterte!
-¡Jajaja! ¡Es un decir! ¡Me quedaría sin nada que chupar!
La acosté, con las piernas colgando en el costado de la cama. Estando yo parado sobre el piso, Ximena abrió las piernas, recogiéndolas sobre sus tetas. Me tomé la pija y la ensarté. Ella suspiró y gimió levemente…
-¡Siiii…, Daniiii, qué rico! – Me abrazó con las piernas y la bombeé unos minutos… - ¡Desde qué te vi buscando libros te tuve ganas!
-¡Y yo desde el momento que te llevé por delante!
-¡Jajaja! ¡Me ...

... tocaste el culo!
-¡No! ¡No me digás! ¡Qué estúpido, no me di cuenta! 
-Eso pasa por ser bien intencionado… ¡Jajaja! ¡Todavía no querías cogerme!
-¡Pero a los 5 segundos siiii!
Le estaba dando como en la guerra. Ximena gemía, gritaba, suspiraba… ¡Una alemana bochinchera!
La hice poner de espaldas, le levanté las piernas hasta mi cuello y la volví a ensartar. En esa posición el culo se veía muy disponible, y el asterisco con muestras de ser usado con cierta frecuencia… 
Ni siquiera le pregunté. Le levanté más las piernas y apoyé el glande en el hoyito. Ximena suspiró…
-Despacito papi…, lo tengo muy sensible… - Prueba de que lo usa con frecuencia… ¡Mucho más fácil!
Empujé despacito, tal como quería. No hubo mayor dificultad para el glande. Luego de eso, todo fue fácil. Una vez ocupado todo el recto, comencé con el bombeo…
-¡Si, si! ¡Así! ¡Qué ricoooo! – Ximena parece entusiasmada.
-¡Me gustás mucho, Ximena, muchísimo! Desde que te vi…, ¡tuve que disimular lo dura que la tenía!
-¡Jajaja! ¡Me di cuenta! ¡Jajaja! Yo estaba toda mojada. ¡Me había agarrado muchas ganas! ¡Me la imaginaba tan rica!
Así seguimos. Como una hora en todas las poses imaginadas y posibles, dado que las de contorsionistas no las puedo…
-¿Sabés papito? Vos dirás que soy una degenerada, pero creo que es parte del placer, por lo menos para mí. ¡Sos tan dulce! Tengo una nena…, a quien le enseñé a disfrutar del sexo…, y me gustaría que se la hagás a ella también…
-Para nada degenerada, tesoro. Si yo ...