Mi esposa Cinthya y mi viejo jefe 1
Fecha: 17/07/2025,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: latintaboo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... pista de baile, moviéndose al ritmo de la música, solo me quedaba esperar en la mesa, mientras lo hacía podía ver que Cinthya se divertía bastante con la compañía de mi jefe, pero de inmediato me venía a la mente la reacción de ella hace rato, se terminó la música y ellos volvieron.
-Ya volviste, Héctor pues cómo tardabas tanto Invité a Cinthya a bailar, espero que no te moleste eso.
-Sí, había mucha gente pidiendo bebidas y me demoré por eso. Además, no se preocupe. -Intenté sonar despreocupado.
-Sí, además Héctor no baila mucho, jajaja -respondía mi esposa, su risa era ligera, pero había un brillo en sus ojos que me hizo dudar.
-Sí, es verdad -me sentía un poco incómodo, pero no podía mostrarlo.
-Bueno pues a mí me fascina moverme. Si no hay problema, ¿podría seguir bailando con ella? -Su tono era casual, pero había una insinuación en su voz que me hizo sentir un escalofrío.
-Sí, ella puede seguir bailando, no hay problema. -La respuesta salió de mis labios antes de que pudiera pensarlo mejor. Cinthya sonrió, y en su mirada había una mezcla de emoción y desafío.
-¡Claro que puedo! -Dijo con una sonrisa pícara.
No podía darle una negativa a mi jefe, y es por eso que respondí así. Cinthya, con su sonrisa encantadora, se levantó y se unió a don Ernesto en la pista de baile. Los vi beber un poco antes de que se dirigieran a la pista, mientras se alejaban veía las caderas de Cinthya se veía sexi con cada movimiento, pero mi corazón se aceleró al ver cómo ...
... mi jefe la agarraba de la cintura, acercándola a su cuerpo.
La forma en que sus manos se deslizaban por su espalda y llegaban casi a rozarle el divino culo de mi esposa, quien no le molestaba en ningún momento ese acto. Tal vez yo exageraba pensé, en ese momento, decidí que necesitaba un respiro me dirigí al baño y me di un buen chorro de agua en la cara, tratando de calmar mis pensamientos producto del alcohol. “Solo es un baile”, me repetía.
Al salir, la música no era movida más bien se podía decir que era romántica, y las parejas bailaban pegadas, moviéndose lentamente al compás de la melodía. Cinthya y mi jefe hacían lo mismo, y noté cómo él se inclinaba hacia ella, sus labios casi rozando su oído podía notar que le decía cosas, con esa complicidad que parecía tan natural. Cinthya se reía, y esa risa, tan cercana y juguetona, me hizo sentir una mezcla de celos e incomodidad.
Mientras los observaba, el tiempo parecía detenerse, pero ya había pasado casi dos horas desde que llegamos, don Ernesto la abrazaba un poco más y Cinthya solo se dejaba llevar, era obvio ya que mi jefe era alto y robusto con su panza producto del alcohol que consumió a lo largo de los años, en comparación a Cinthya que era delicada y esbelta, y muy bien cuidada. La música continuaba, y yo ya quería retirarme con Cinthya, pero no podía hacerlo ¿cuál sería la excusa para hacerlo?
Finalmente, la música se detuvo, y ellos regresaron a la mesa. Cinthya parecía radiante, su rostro iluminado por ...