LIDIA Y LAS NENAS - Relatos Eróticos

LIDIA Y LAS NENAS

Lidia me habló de “sus nenas”. Sólo una es de ella. La otra es de la hermana, Elida.
Sin duda, ella abrirá la marcha, como para que quede contenta y ofrezca su “mercadería” sin falsas excusas…
De tal manera, me invitó a su casa…, supongo que con el meritorio propósito de no sacar a las niñas a la calle…, y que fueran objeto de chismes por parte de los vecinos. Es de suponer – supongo “suponer” -, que no serían chismes si yo fuera a su casa…, justamente con la aplicada mamá. 
Las dos criaturas, no tan “criatura” una de ellas…, en 2° año del secundario…; la otra… 3° o 4° grado…; las dos preciosas, totalmente dispuestas…, y exuberantes tetas y culos para ofrecer…, por lo menos la mayor. ¡Sus sonrisas y sus miradas así lo ameritan! 			
Pero… ¡lógico! Lidia, quien las orienta sexualmente, abrirá la marcha…
Cuando ingresé, las dos chicas me saludaron muy entusiasmadas…, como si estuvieran al tanto de lo que pasaría…, cosa que, efectivamente, fue así, según me lo dijo Lidia. Según me adelantó, les comentó lo que estaba dispuesta a hacer, como para que las chicas elevaran su protesta si así les parecía. Todo lo contrario: ¡las nenas aplaudieron entusiasmadas! ¡Y quieren ser parte!
Eché una ojeada; una sala y un par de dormitorios…, más los servicios de siempre.
Las nenas retornaron al sofá, en la sala, con algunos libros y cuadernos…; o estudiaban o hacían que estudiaban…, para mí o para la madre…
-Esperen unos minutos chicas… Le mostraré el dpto a Dani…
-Si, mami, como ...

... digás…, esperamos… - Habló la mayorcita, Emily. La menor es Lupita. De acuerdo a mis latentes deseos, ¡ambas en buenísimo estado! 
Lo que me mostró, en un principio, fue la amplia cama del dormitorio principal…, y sus portentosas tetas…, en cuanto se sacó la blusa, por la cabeza, sin desabotonar…, cosa que también pasó con mi camisa… Luego, sin dudar, fue al cinto del vaquero y me lo bajó junto con el bóxer…: ¡a los dos segundos, en cuclillas, mamaba soberanamente…, mientras las nenas observaban desde la puerta, semi abierta…, o semi cerrada…, “como gustéis…”, de acuerdo a la intención de mami…
Sin soltarme la pija se irguió para besarme, con profundos y combativos besos de lengua…, con generoso sabor a pija…
Yo tenía mis manos en su cintura y las bajé a los glúteos, hasta poder ingresar un par de dedos en el culo… Metí y saqué, varias veces… Ella se relajaba y suspiraba entre gemidos…, sin soltar la pija en ningún momento. La fui desnudando, con su ayuda, por supuesto, pues tenía las manos bastante ocupadas…, y la boca también, lamiendo, chupando y besando sus erectos y duros pezones, el cuello, las orejas…
Fui a su espalda, besando y lamiendo cada centímetro, hasta llegar a los glúteos. Me acuclillé y los separé con ambas manos llevando mi lengua hasta su hoyito…, tratando de introducirla… Me costó, pero algo, aunque sea un poquito, logré. 
-¡Aaaahhhh…, siiii…! ¡Dios, Daniiiii……! ¡Qué rico que lo hacés! ¡Todo con vos es rico! ¡Me gusta tanto! ¡Por eso quiero que las nenas ...