LIDIA Y LAS NENAS - Relatos Eróticos

LIDIA Y LAS NENAS

... meter…
-¿Meter?
-No, no, no tengas miedo… - Mentí. Me incliné y comencé a chupar todo el surco interglúteo. Fui hasta el clítoris y volví al ano, presionando la lengua, como para entrar, aunque sea 5 milímetros… ¡Logré 2 cts.! Lidia se estremeció y el orgasmo fue notable. A pesar de su prevención, estaba a punto.
-¿Sabés papito? ¡Tengo tantas ganas de sentir tu pija dentro del culo! ¡Pero tengo miedo a que me duela! Lo peor es que si me duele mucho, luego no podré relajarme cuando me la quieras enterrar… 
-No te preocupés, mi amor… Te chupo y beso, que me gusta mucho…, y cuando estés lista para que te haga el culito, me decís…
-Si papito…, me pondré el plug toda la noche y todo el día mañana, y luego te buscaré para que me la enterrés… 
Nos abrazamos, besamos, acariciamos. Yo metía los dedos en su concha, ella me pajeaba febrilmente, le volví a comer la concha y a chupar el clítoris. Lidia volvió a acabar. Seguimos con las refregadas en todo el cuerpo, ambos cuerpos…
Ella llegó a chuparme le culo, lo que me volvió loco y casi me hace eyacular de la calentura. Parece que es cierto que todo hombre tiene algo de femenino, como toda mujer algo de varón.
Lidia se puso de espalda y levantó las piernas hacia mi pecho. Se la clavé en la concha y le metí un par de dedos en el culo. Con la otra mano le amasaba las tetas. Ella llegó a mi culo con sus dedos y me metió un par. ¡Dios! ¡Es justificable que haya tantos gay!
Ambos gemíamos como locos. 
Las nenas nos habían ...

... dejado la cama… ¡toda para nosotros! Ellas se instalaron en el amplio sillón que había en una esquina de la habitación, y se dedicaron a lo suyo. ¡La imagen de las nenas chupándose en un 69 es genial! El sillón lo hacía más interesante, pues Emily se acostó de espalda sobre el asiento, con las piernas hacia arriba, apoyadas en el respaldo, y Lupita sobre ella, con su boca sobre la concha de la hermana, mientras ésta tenía la suya bajo la concha de la hermana menor.
-¡Papito! ¡Me vengoooo! – Nuevo alarido de Lidia. Tremendo orgasmo; me apretó de tal manera que no lo pude evitar: nueva acabada de mi parte… ¡No sabía que podría tener tanto semen en los testículos!
-¡Ay papito, papito! ¡Qué lindo orgasmo! ¡Cómo me gusta! – Lidia exultante. - ¿Sabés Dani? Te lo dije… ¡cómo me gustaría tener un hijo tuyo!
-A mí también mi amor, me gustaría mucho dejarte embarazada…, pero ahora no se puede, hay que tener paciencia… - En realidad, ni por casualidad yo quisiera ser padre…, no, para nada, por ahora…
-No importa. Gracias al DIU puedo sentirte acabar adentro. – Lidia está eufórica. – Es tan rica tu pija! ¡Me gusta tanto!
-A mi me gusta mucho tu concha…, pero me gustaría conocer las de tus nenas… ¿Cómo se llama la más chiquita?
-Lupe…, Lupita… ¿Te gustaría desvirgarla?
-¿Todavía es virgen?
-Si, claro, yo no quiero que se lo haga cualquiera. Si vos fuera…, si…, me gustaría…
-Bueno, dale…, lo hago… ¡Es preciosa tu nena! ¡Será tan hermosa como vos!
-¡Jaja! ¡Qué galante! ¿Te gustaría ...