LIDIA Y LAS NENAS - Relatos Eróticos

LIDIA Y LAS NENAS

... hacérselo a Lupita?
-Por supuesto, es muy linda y cariñosa…
-Si, sin duda… ¡Jajaja! ¡Vos le gustás mucho! ¡Me lo dijo! Está un poquito celosa porque nos ve cómo me la metés a mí… ¡y ella nada!
-Bueno…, decile si quiere que yo la desvirgue…
-¡Si que lo quiere! ¡Sin duda!
-Pero preguntale, ahora… - Las nenas seguían jugando en el sillón, mientras cogíamos con la madre.
-Lupita, tesoro… 
-¿Si mami…?
-Vení un momentito. – Lidia está acostada; yo arrodillado, con la pija sobre su rostro, acariciándolo, por ojos, labios, mejillas… - Mi amorcito, quiero preguntarte algo…
Al hablar, tiene mi glande rosando sus labios.
La nena, presurosa, se levantó del sofá, desprendiéndose de manos y boca de su hermana mayor, para venir rápidamente donde yo acariciaba el rostro de la madre con el glande… Sin duda, no quiere perder la oportunidad de verlo de cerca…
-¿Sabés mi amor? Dani me dijo que le gustaría mucho desvirgarte…
-¿Si? ¡Dale, que lindo! – Lupita saltó eufórica. - ¡Siiiii! ¡Metémela hasta el fondo!
-¡También se lo voy a hacer a Emily, por supuesto…! – No quiero que haya competencia…
-¡Ella ya está desvirgada!
-¡No importa! ¡Se la meto igual! ¡Para jugar!
-¡Claro! ¡Yo también lo quiero! – Emily está atenta. ¡No se lo va a perder!
-Bueno, lo hacemos ahora mismo… - Lupita y Emily estaban tijereteando en el sillón. 
Ambas ya estaban en bolas, luciendo las tetitas de bellos y duritos pezones, paraditos por la excitación que la situación generaba. Las conchitas cerraditas ...

... y sin vellos; las generosas caderas y culitos impecables. Vinieron hacia la cama. Lupita se estiró sobre la cama a chuparle la concha a la madre, además de amasarle las tetas. Lidia hacía lo propio con Emily, quien gemía de placer. ¡Una hermosa cadenita! En un extremo, el primer eslabón soy yo, con la pija en la conchita de Lupita, quien, tan entretenida con la concha de su mamá, apenas tuvo un estremecimiento cuando le rompí el himen. En ese momento la coloqué en cuatro, con el culo bien erguido, mientras Lidia se entretiene con Emily. Yo sigo siendo el primer eslabón. 
En un momento, pensé que tendría que lamerles las conchas a las tres hembras, cosa que no había hecho en ese momento. Sé que es la más placentera y rápida manera de generar orgasmo. 
-Emily, tesoro, vení ponete a mi lado. Tu mamita me inspira… - Presurosa, la nena se colocó a mi vera, inclinando su pelvis hacia mí, lo necesario para que mi lengua cumpla tan benemérita función. Con una mano, me sostenía de la cadera de Lupita. Con la otra, apreté a Emily contra mí. No es una posición cómoda, pero las tres tienen su servicio…
-¡Dani! ¡Sos un amor total! ¡Nos hacés gozar a las tres! – Lidia reconoce mis méritos.
-¡Es lo que quiero, mi amor! ¡Qué vos y tus nenas sean felices!
-¡Nosotras también queremos hacerte feliz! – Parece que hay un código de comportamiento. Las tres se arrodillaron ante mis piernas y fueron con sus bocas y lenguas a mi pija…
-¡Danos todo lo que tengas! ¡Toda la leche para nosotras! – ...