-
Los mejores Anos
Fecha: 03/08/2025, Categorías: Anal Tus Relatos Autor: Obsesión Anal, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... candados y las hice incorporarse. -He tenido que sujetarlas porque no paraban de tocarse. Mira qué tetas, son incluso más grandes que las mías. Ésta es la mejor, con estos pezones, grandes y duros...amor, son las mejores putas de la ciudad. -No dejas de asombrarme con tus guarradas. -Yo tampoco dejo de asombrarme. Venga, cabrón, te dejo la mejor, pero luego cambiamos. Y todavía queda una sorpresa. Y comencé a disfrutar de la mía. Empecé por los pezones. Le tiraba una y otra vez de uno y de otro, de uno y de otro...sentía cómo se le calentaban y erizaban -Marrana. Menudas tetazas de puta tienes. Chúpame los míos también. Joder, seguro que ya estás mojada...uf, sí Mi marido todavía no se lo creía del todo. Me miraba a mí y se masturbaba. -Oh, amor, ven por aquí. Es una profesional y sabe chupar pollas. Venga, trae ese vergón gigante que tienes. Le agarré el pene y se lo pasé a la puta por la cara. Por la frente, por los ojos...ella abría la boca, y yo se lo metía un poco, pero después se lo sacaba y le golpeaba en la cara con él, hasta que dejé que se lo metiera bien en la boca. Besé a mi marido con amor, y regresé a lo mío. De repente se me ocurrió algo, me levanté y fui a buscar unas pinzas de la ropa. Por supuesto, se las coloqué a mi puta en los pezones. Enloqueció. Me agaché un poco y le separé los muslos para verle el chocho. Chorreaba. Le hice chuparme las tetas, y de vez en cuando meneaba un poco las pinzas. Ella se retorcía. Vi que la ...
... otra puta estaba mirando y masturbándose. Eso me enervó. Salté como un resorte y le aparté la mano -Furcia, deja de tocarte el chocho ahora mismo. -Sí, jodida viciosa -y le dio una torta-. Cariño, pónselo a ella también. -Claro, amorcito. Oh, mira, qué maravillosa estampa, estas dos putas, con esas tetazas castigadas por las pinzas de la ropa. -Creo que no puedo aguantar mucho más. -Oh, no amorcito, resérvate, no te arrepentirás. Es hora de desvelar la última sorpresa. Me acerqué a su puta y le quité una pinza. Le toqueteé un poco el pezón dolorido. La mía se puso en cuatro, y meneaba su enorme trasero de un lado a otro, desesperada porque no la dejaba tocarse. -Perra, puedes tocarte las tetas y el ano, si quieres. Pero esa castaña gorda, no, o pagarás las consecuencias. De inmediato fue a tocarse los pezones, con las pinzas puestas. Pero a la puta le dolían demasiado. Me preguntó: -¿Puedo untarme un dedo en el coño? -Un dedito, y solo entrar y salir. Así. Con su dedito embadurnado, empezó a acariciarse el ano como si le quemase. Joder, cómo deseo yo en esos momentos tener un buen rabo entre las piernas y poder clavárselo ahí. Volví a lo que estaba. -Mira. Cielo, lo que tengo para ti. Acércate, ven. -Cogí del pezón a su puta- Él empezó a rechupeteralo y besarlo. Pero yo lo aparté un poco. Agarré aquel pezón grande y duro y presioné un poco. Sí, eso es: salió leche. Mi marido estaba incrédulo. Pero enseguida se lanzó a mamar. Yo le pregunté: -¿Me das ...