Yo puta tu maricón 2 - Relatos Eróticos

Yo puta tu maricón 2

Nuestro matrimonio aunque pareciese lo contrario no estaba roto y ahora yo disfrutaba plenamente del sexo era una forma distinta y desconocida hasta la fecha. 

Mario llevaba muy bien los cuernos y todo parecía estar en su orden, aquel macho no solo me dominaba a mí sexualmente sino que lo hacía con mi marido y este lo tenían bien asimilado.

Ya lo sabía lo que era usar lencería ya que prácticamente solo me la ponía el primer día de la regla. 

Aquel macho había decidido que mi marido y yo estuviésemos bajo su dominación yo sin ninguna duda lo quería así pero más extraño me parecía que mi marido asimilase aquella situación. 

El viernes por la tarde hasta el domingo por la tarde nosotros seríamos sus juguetes sexuales y tendríamos que adaptarlos a sus exigencias. 

A Mario le dejó elegir seguir o salir de aquella situación, él no contestó nada y yo pensé que el que calla otorga. 

Yo ya lo follaría con mi marido y este sería mi tributo aquel macho dominante mientras mi marido si me podría dar placer por supuesto con su boca. 

Casi todos los días al llegar a casa Mario tenía que hacerme una limpieza de coño y culo ya que era su momento, entendía que no debía ser muy agradable pero yo disfrutaba muchísimo dándoselo y él ponía todo su interés en darme ese placer. 

Aquella semana estuve sin verme con mi macho esperando a que llegase aquel primer viernes nerviosa caliente por sentirme otra vez llena de polla. 

Nuestro macho llegó pletórico dispuesto a ejercer ...

... su dominación yo por supuesto estaba bien sexy como le gustaba él sin ropa interior y Mario con aquella cara de pocos amigos. 

A ver chicas quién es la primera en darme un buen morreo. 

Yo con lo caliente que estaba salté sobre su cuello y comencé a besar su boca como nunca mientras lo hacía él metía la mano por debajo de mi vestido y me abría las nalgas y llegaba con sus dedos a mi ojete. 

En aquel momento me di cuenta de que cuál de sus chicas era la primera en besarle por lo que entendí a estas alturas Mario ya no era siquiera un macho para él, y algo que todavía me parecía más increíble es que besase a este cosa que me ponía mogollón ver a dos tíos haciéndolo. 

Cuando deje de besar a nuestro macho este y un paso hacia Mario y le dijo. 

Macho: si estás aquí es porque deseas ser mi putita y no creo que le hagas ascos ya a nada. 

El primer plano podía ver como mi marido entregaba su lengua aquel macho dándose un monumental morreo que estoy segura disfrutó como si la boca de una mujer fuese yo misma me quedé sorprendida. 

Macho: me voy a poner cómodo. 


Se quitó toda la ropa y se quedó completamente en pelotas momento en que sugirió a Mario que se la chupas un poco. 

Allí en el centro del salón sin decir nada Mario se puso de cuclillas y comenzó a chupar aquel pollón como si le fuese la vida sin pestañear a su vez el macho le indicó que le comiese las pelotas y mi marido sumisamente así lo hizo durante un buen rato aquel pollón estaba tremendamente ...