1. La fiesta de disfraces


    Fecha: 02/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: lloyd, Fuente: RelatosEróticos

    Un viernes que por fin habíamos colocado a las niñas, nos decidimos sin muchas ganas a ver de qué iba todo aquello. Mi mujer se pasó en horario de mañana y recogió el disfraz: la fiesta de ese día era de “Batman” y todo el mundo debía de ir con el mismo “disfraz”: unas mallas negras -tanto hombres como mujeres-, un antifaz y en el pecho pegado el emblema de Batman, cada pareja de un color diferente; que es lo que te entregaban con cada entrada: 50€ por 6 consumiciones y dos emblemas fucsias de Batman que recogió mi mujer y a toda prisa pegó en unas camisetas negras, una para cada uno.
    
    Me sentí ridículo con ese disfraz por la calle camino a la fiesta, solo consolado por ver a más “Batmans” como yo camino al mismo sitio... todo parejas, claro, estaba prohibido ir solo. Mi mujer, como siempre, estaba espectacular con las mallas negras que marcaban todas sus curvas y dejaban discernir el contorno de sus braguitas tapando su jugoso coño. Yo, en cierta manera, parecía que iba marcando paquete con esa tela tan ajustada... como el resto de los hombres que vi por la calle.
    
    Llegamos, entregamos nuestra entrada al portero y pasamos al local. No había mucha luz, pero se podía ver perfectamente: cantidad de sofás y pequeñas mesas estaban repartidas por todo el local de forma irregular, una pequeña pista de baile se alzaba al fondo junto a dos pequeños podios como los que usan las gogos en las discotecas. Por lo menos la música era de nuestra época y las copas parecían generosas. Nos ...
    ... acercamos a la barra, pedimos nuestros combinados de bourbon con redbull y nos sentamos en uno de los sofás, que tenía un tapizado aterciopelado de color rojo.
    
    El ambiente estaba bastante animado; parece que no éramos los únicos que nos habíamos hecho eco de la reciente fama del local y por lo menos 40 parejas (80 personas) rondaban por ahí con sus mallas negras y sus caras tapadas, todos con el emblema de un color diferente, deambulando y bebiendo las consumiciones gratuitas. Era curioso, porque en un barrio tan pequeño como el nuestro, era muy probable que conociéramos a muchas de las parejas: vecinos, otros padres del colegio, etc. Pero con la escasa iluminación y las máscaras era prácticamente imposible reconocer a nadie.
    
    Ya íbamos por la tercera copa cuando pusieron una canción latina de los 90 que apenas llegaba a recordar... pero que despertó el interés por bailar de mi mujer. Era viernes, llevaba trabajando toda la semana y estaba agotado; así que mientras ella saltó a la pista yo me despatarré en el sofá y me dispuse a verla bailar: con esas mallas tan ajustadas y el ritmo de la canción era todo un espectáculo verla moverse y contonearse al ritmo de la música. Siempre había sido sexy, pero estaba preciosa: animada por las tres copas que llevábamos y la poca luz que había en el ambiente, se permitía hacerme movimientos provocativos dirigidos hacia mi que la miraba con toda mi atención e imaginaba su culo saltando sobre mi polla al ritmo de la música.
    
    Pero no ...
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