1. La fiesta de disfraces


    Fecha: 02/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: lloyd, Fuente: RelatosEróticos

    ... coger sus nalgas con mis manos y separarlas invitándolos a participar. El Batman verde y el amarillo casi se pegan para ser los primeros, al final el amarillo cogió a mi mujer de la cintura y le clavó su pequeña polla en el coño de una sola embestida. Entró con facilidad, estaba cachonda perdida y aunque no veía lo que estaba haciendo, sabía por cómo separaba sus nalgas que la estaba ofreciendo a quien estuviera detrás. Noté la embestida en mi rabo, que se introdujo hasta el fondo de su garganta por el empujón que le dio por detrás a mi mujer. Comenzó a follársela con ansia, con empujones irregulares hasta que pude ver en su cara que iba a correrse. Lo empujé hacia atrás de un golpe en el pecho: nadie iba a correrse en el coño de mi mujer excepto yo, y solo si se portaba como una buena putita y se dejaba hacer por todas las pollas que yo invitara a la fiesta.
    
    El Batman verde se acercó y metió dos dedos en el coño de mi mujer, absorbiendo su humedad; a la vez que escupía en su coxis para que la saliva resbalara hacia su objetivo: el culo de mi mujer. Sacando los dedos del coño, empezó a masajear su ano con ánimo de dilatarlo para dejar el camino arado para su polla. Mi mujer se estremeció en mi rabo, la ponía cachondísima que jugaran con su culo y el Batman verde sabía lo que se hacía. No tardó en cogerse la verga con la mano y apuntar su brillante capullo al culo ya algo dilatado de mi mujer. Poco a poco la fue introduciendo, mientras yo aún sujetaba sus nalgas, hasta que ...
    ... por fin la tuvo completamente en su interior. Con sus manos retiró las mías e hizo ademán de chocarme los cinco, que rechacé con una mirada indiferente mientras él se centraba en taladrar el culo de mi mujer.
    
    Al ser un agujero tan prieto, y vérsele a él tan necesitado; no tardó mucho en poner cara de correrse. Un nuevo empujón en el pecho, y salió de golpe del culo de mi mujer con cara de pena por no haber podido terminar la faena.... así que terminó corriéndose en un pequeño charco en el suelo, formado por todos los fluidos que resbalan de la entrepierna de ella y ahora, también, de su semen.
    
    Mi mujer seguía chupando con vicio; estaba comiéndose el rabo que más le gustaba del mundo mientras yo ofrecía su coño y su culo a todo el que se dignara a acercarse. Hasta que llegó una mujer y se puso a cuatro patas tras ella. Hundió su cara detrás de mi mujer y aunque no veía lo que estaba haciendo, debía estar haciéndolo muy bien, porque mi mujer tuvo un orgasmo tras otro sintiendo su lengua deslizarse entre sus piernas. Parece que realmente las mujeres saben dar a otras mujeres los mejores orgasmos, porque a mi mujer empezaron a fallarle las piernas y ya no chupaba con tanto ímpetu como hasta ahora.
    
    Acto seguido, me desplacé detrás de ella. Tenía el coño empapado de saliva y de sus propios flujos, enrojecido del roce de tantas pollas que la habían taladrado esa noche. El culo, aunque estaba un poco dilatado, estaba mucho más presentable. La cogí del pelo, me acerqué a su ...
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