La acampada (1) - Relatos Eróticos

La acampada (1)

... primero que hicieron es quejarse del gran frío que hacía fuera y dijeron que, si nos importaba que se cambiaran con nosotras delante, ya que no querían volver fuera, así que nosotras accedimos. Luis y José se quedaron solo con boxers y la verdad que tenían un gran cuerpo, aunque a mi amiga Laura y a mí no nos gustaba ninguno. La sorpresa vino cuando Carlos se quitó la ropa al igual que sus amigos quedándose también en boxers. Carlos era un chico gordito, no muy agraciado físicamente, al contrario que sus amigos. No podía quitar el ojo de sus boxers ya que había algo grande debajo, mi amiga y yo nos miramos y reímos ya que pensamos que tenía una erección.

ellos se tumbaron juntos al lado nuestra y decidimos entre todos que era ya hora de dormir. En la tienda empezaba a hacer calor, ya que estábamos 5 personas en un espacio reducido, y encima yo estaba dentro de un saco bastante gordo. Iba a ser imposible dormirme ya que estaba empezando a sudar, así que deseando de que los chicos estuvieran dormidos me destapé completamente, y fue un gran alivio para mí. Estaba mirando hacia arriba y mi tanga dejaba ver mucho, mis pelos pelirrojos se podían entrever perfectamente, así como la mitad de mi coño. Luis estaba a mi lado y vi como en su entrepierna algo crecía no era demasiado grande, pero podía notarlo.

Mi amiga me miró y empezó a hablarme, me dijo que no soportaba su sujetador, que lo oprimía fuerte las tetas, que no podía dormir y que iba a quitárselo. mientras esto ...

... pasaba noté que los chicos cuchicheaban. Laura se quitó el sostén y con su camiseta apretada se podían apreciar perfectamente sus enormes tetas. Al momento y sin previo aviso los chicos se abalanzaron a nosotras, yo no sabía que era lo que estaba pasando, pero de repente Luis estaba encima mía y José encima de Laura tapándonos la boca.

Luis empezó a decirnos que éramos unas putas y que no dejábamos de insinuarnos y que si así lo queríamos que iban a follarnos. Luis tiró de mi tanga hacia abajo y quedó al descubierto mi coño. Me dijo que ya había visto que era una cerdita, que no me había depilado, pero que eso a él le gustaba y que quería correrse encima mía. José se las apañó para quitarle, rompiéndola, la camiseta a mi amiga y sus enormes tetas quedaron al descubierto. Eran perfectas, grandes, redondas, con unos pezones rosados perfectos, que me daban ganas chuparlos hasta a mí. Cuando me dí cuenta Carlos estaba al lado mía, desnudo, y tenía una polla descomunal en su mano. Jamás había visto una tan grande y gorda, lo mejor es que aún no estaba erecta.

De repente habló: "A ver putitas, tenéis dos opciones, o jugáis con nosotros y dejáis que os follemos, o mañana le diremos a todos lo putas que sois". Yo no sabía dónde meterme. Todo había pasado muy rápido, además tenía una sensación extraña, parecía que aquello me gustaba. Luis y José se quitaron los boxers y pudimos ver también sus pollas. La de Luis y José sí que estaban erectas, y eran las dos de un tamaño medio, unos ...