1. Naufraga


    Fecha: 23/08/2025, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Berlith, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    El sol esta en lo alto y mi espalda quemaba, me ardía. Tosí varias veces por el agua salada. Tenía encima un pijama de satín negro con encaje de dos cuerpos para este viaje y descalza. Mire a los alrededores y me encontraba en una playa de arena blanca y maletas como otras cosas a lo largo de ella. Y tierra adentro una selva contorneado por palmeras. Me puse a gatear unos metros más y me eché boca arriba con una mano cubriendo mis ojos azules del brillo solar. Tosí otra vez y escupí para respirar un poco. Me pregunte si estaba sola o no. Con esa pregunta me senté y seguí oteando por todas partes y no veía a nadie. El miedo se me puso la piel de gallina y me pare por esa idea. Y más angustiada me puse a gritar llamando a cualquiera que me oyera, pero solo contestaban las olas que reventaban en la playa. Me puse a caminar y eventual mente llame hasta que me canse. La isla era grande así que regrese y me preocupe más al notar que el día iba a terminar. Mis lágrimas cayeron. Y empezaba a sentir el frio y corrí a la selva. No tenía nada para cubrirme y empecé a buscar hojas de palmera secas. Horas más en la noche mi estómago gruño y la sed. Dios dije por un poco de agua. Al día siguiente la necesidad, creo, trajo recuerdos de documentales sobre la naturaleza y como tratar de sobrevivir comencé por ver que había en los escombros en la playa. Recupere dos maletas que parecían ser de mujer y solo fue de una adolescente más diría que de una niña. Solo muñecas, vestidos y sandalias ...
    ... que no me quedan. Otra vez tuve que caminar un poco hasta que encontré una balsa salvavidas destrozada que pude recuperar botiquín, un kit de pesca, kit de desalinización de agua que esperaba que también sirviera para limpiar agua que encuentre para tomar, un manual de supervivencia, un cuchillo y una bolsa de dormir térmica.
    Donde estará el resto, solo Dios lo sabe. Después me empezó a doler la cabeza y me gruñía el estómago. Jalé todo lo que veía lejos de la orilla y me puse a buscar comida. Camine con una vara y golpeaba todo lo que me estorbaba en mi camino. Espero que no me pierda, me dije y seguí andando con dificultad. Algunas plantas sí que me rasguñaron la piel. Tarde mucho, no tenía calzado y cuando salí a un claro. Allí no había mucho. Estaba con árboles algo dispersos. Me acerque a uno y note que tenía una especie de fruto. Parecía como un plátano, pero aplanado de color morado algunos estaban amarillos, los chicos estaban verdes. Con el palo quise golpear para que cayeran, pero no dio resultado. Así que lance la vara para ver si le daba a uno y cayo un morado. No sabía si era bueno o malo, pero tanteé si no era venenosa, un pequeño mordisco y nada, pero sabía a peras algo pasadas. Espere por una hora y nada. Así que asumí que eran comestibles y me puse a estar cosechando el árbol de casi 6 m de altura. Comí y comí, estaba satisfecha y se me fue al hambre. Un sopor me abordo y me puse a dormir. Estaba cansada y con el estómago lleno. Pero me invadió una calentura ...
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