El distribuidor de extintores
Fecha: 06/01/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos
... posición horizontal para que me las vieras mejor, pero nada no había respuesta.
— Pues te diré que yo me volteaba a mirar en otra dirección para no perder la compostura porque ese culo tuyo siempre me gustó y me sentía muy bien al verlo tan cerca, es que hace mucho que no tengo nada con mi esposa porque está enferma y ando bien urgido por eso se me antojaba pero hacía como que no te veía para no tener inconvenientes con la calentura.
— Entonces no te soy indiferente del todo?
— No, siempre estaba muy contento con la boca abierta y la verga parada pero me pareció muy feo el estar con esa clase de pensamientos respecto de otra persona y me sentí muy incómodo de albergar tales ideas.
— Entonces te gustaría que te prestara mis nalgas para que te desahogues a gusto cuando tú quieras?
— Es en serio lo que dices? a ti no te molestaría que lo hiciera?
— Molestarme? Bromeas? Si de eso pido mi limosna, a mi me gusta ser pasivo con los hombres, me encanta que me cojan y me den duro en mi culito, te lo ofrezco si quieres.
— Pues si hablas en serio yo te agarro la palabra porque ando muy urgido y me gustas mucho, espero que te guste mi verga porque pienso cogerte muy duro, pero dónde lo haríamos no se puede hacer nada en este lugar y debemos ser muy cuidadosos.
— Eso no es problema yo tengo lugar en mi casa por las tardes, si te parece ahí podemos hacerlo cuando puedas o tengas tiempo para mi.
— Solo una cosa quiero aclararte yo no busco una relación gay, por ...
... lo mismo no busco un compromiso aparte de mi familia, no arriesgaría mi matrimonio por nadie más.
— Si, yo tampoco quiero mezclarme en ningún sentido con nadie a largo plazo, sería solo sexo sin compromisos.
Una vez que aclaramos las dudas hicimos planes para nuestra reunión de mañana en la tarde y decidimos no mostrar ningún signo que pudiera ser indicio para nadie y nuestro trato fue muy frío en la empresa a partir de ese momento, estrictamente profesional.
Al día siguiente estaba muy nervioso esperando la hora de salir, pero pronto los problemas normales me hicieron olvidar un poco mi ansiedad hasta que llegó la hora, seguí mi rutina de siempre, me costaba controlar mis emociones y me sentí como adolescente que acude a su primera cita.
Llegué al lugar acordado y con calma subí al coche de Gonzalo que estaba muy limpio y arreglado, me gustó verlo tan bien dispuesto y mi pene se empezó a despertar gozoso al imaginar lo que me pareció muy interesante de experimentar después de varios meses de abstinencia por la condición de mi mujer.
Iba vestido con ropa cómoda y sencilla no con uniforme de trabajo y se veía muy bien, me gustó verlo normal como si fuera un muy buen amigo de siempre y cuando descendimos al llegar a su casa no pude evitar mirar sus nalgas que me gustaban tanto y que se le marcaban muy bien.
Cuando entramos me pareció una excelente oportunidad para hacer un pedido un poco inusual a mi amigo Gonzalo.
— Oye estamos solos?
— Si, tenemos toda ...