Ana 6: desencadenada (Parte 2)
Fecha: 07/01/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... si me preguntan a mí sobre cómo trabajas, voy a hablar bien de vos.
—Jaja bueno gracias. — una vez que el carrito queda vacío se dirige a la salida. Se da cuenta de que esa mujer nuevamente le produjo una erección, pero esta vez siente vergüenza, porque el miembro está acomodado de tal manera que queda parado en cuarenta y cinco grados, y no en noventa como de costumbre, y esto le produce un dolor considerable, y peor aún, lo expone a que todo el mundo note su calentura.
Ana mira la erección unos segundos y le sonríe con benevolencia.
—Acomodatelo tranquilo — le dice.
El cadete queda sorprendido por la naturalidad con que Ana le dijo aquello. Se da vuelta y con un par de movimientos, acomoda su tronco que sigue duro, pero que ahora en noventa grados, y con la remera algo larga, no es tan evidente.
—Perdón. — dice Ramiro, sonrojado, y acalorado.
—No pasa nada. — le responde Ana, quien está tan acostumbrada a los machos en celo, que ver un pito parado es lo mismo que ver una planta.
La actitud de Ana sólo sirvió para calentar aún más al cadete. Estando en el living, la agarró de la mano y la atrajo hacia él.
—¡No! ¿Qué te pasa? — se quejó Ana, aunque lo que quería era que el cadete la desnude y se la coja toda la noche.
Ramiro tironeó de nuevo, y teniéndola cerca la abrazó e intentó dar un beso que ella esquivó.
—¡ándate! — le ordenó.
—Perdón. Es que sos muy hermosa. — se disculpó el chico. — perdón. Chau. — se despidió, perdiéndose de su ...
... vista.
Ana no lo podía creer ¿acaso los hombres eran idiotas? Sólo le faltaba un intento más para que ella aceptara ¿cómo el estúpido del cadete no se había dado cuenta? ¿y ahora qué? En su afán de decidir con quien se acostaba había bloqueado a todos sus amantes ocasionales de las redes sociales, y necesitaba coger con urgencia. ¿y si esperaba a las nueve de la noche que era el horario en que entraba el personal de seguridad y llamaba a Federico con cualquier excusa y se lo cogía? Imposible. Está muy caliente. Necesita una pija ahora mismo. De repente escucha unos sonidos en el pasillo. Son pasos chocando contra el piso, y luego llaves que abren una puerta. Es el vecino, que ya volvió de pasar el fin de semana de navidad con sus padres. Lo odiaba, pero en este momento no le queda opción. Salió al pasillo y le tocó el timbre.
El vecino salió a atenderla enseguida. Está barbudo y despeinado. También necesita una ducha.
—Hola. ¿estás sólo? — le pregunta ella.
El vecino sólo se sorprendió un momento, porque siempre era él quien debía buscarla, y en ocasiones, incluso debía obligarla. Sin embargo, sabe que no es una mujer que actúa con normalidad, así que a la pregunta de si estaba solo, le contesta haciéndose a un lado para dejarla entrar.
Esa noche estaba especialmente hermosa. Él estaba cansadísimo después del viaje, pero la presencia de Ana lo revitalizó. La abraza con ternura, ella entierra su cara en los pectorales del vecino, quien enseguida la toma del mentón y ...