1. Primera vez con un alemán.


    Fecha: 07/01/2019, Categorías: Gays Autor: random150596, Fuente: SexoSinTabues

    ... a mi lado mientras me rodeó con el brazo y continuó besándome. Empecé a masturbarme mientras nos besábamos y él exploraba con sus manos mi anatomía. Lamentablemente no eyaculé esa noche porque me había masturbado ese mismo día y los días anteriores ¡Pendejo! Después de intentar venirme durante un rato me rendí y le dije que me había masturbado mucho y por eso no podía. Le dio risa y me dio un beso de piquito. Kein Stress. Continuamos abrazados durante mucho rato, ambos estábamos cansados pero extasiados(eran cerca de las cuatro de la mañana). Platicamos un poco, nos acariciábamos, nos mirábamos a los ojos. Después, empezó a juguetear con mi verga que ya estaba casi flácida y la despertó de sus sueños. Nos volvimos a besar (no de piquito, sino de lengüita), también empecé a jugar con su salchicha alemana. Se volteó para darme la espalda y así también me dio las nalgas. Mi verga erecta se abría paso entre sus posaderas mientras con mis dedos dilataba su esfínter. Le devolví la pregunta: Soll ich rein? Respondió con acciones y estiró su mano al buró junto a su cama para tomar un condón (el segundo de la noche). Me lo entregó en la mano junto con el lubricante y se volteó boca abajo con la pelvis ligeramente separada del colchón en el que estábamos echando pasión. Tomé el dorso de su mano con la palma de la mía y llené su nuca de besos. Mordí sus orejas, le respiré al oído. En seguida llené su ano y mi pene de lubricante. Estaba listo para ser penetrado, estaba listo para ...
    ... penetrarlo. Coloqué mi miembro en la entrada y lentamente lo fui introduciendo en su recto. Apretó mis manos cuando iba a la mitad y soltó un ligero gemido. Mordió la sábana. Me detuve un poco para permitir que se acostumbrara a mi pene. Unos segundos después se recorrió hacia mí, permitiendo que mi verga se deslizara en su ano hasta que mi pubis conoció sus nalgas. Mucho gusto, es un placer conocerlas – dijo mi sínfisis púbica. Empezó el vaivén de mi pelvis que presionaba su cuerpo contra las sábanas llenas de sudor. Con cada embestida gemía, vibraba, se sacudía. La sensación de mi verga dentro de esas nalgas redondas me fascinaba. Lo hacía lento, luego rápido, lo combinaba con besos en su nuca, en sus labios, tomando sus manos, recargando mi torso sobre su espalda. Después de penetrarlo un buen rato saqué mi pene de su hoyo y lo volteé boca arriba con las piernas levantadas. Ahí estaba su culo que me estaba embriagando, presto para ser infiltrado de nuevo. Tomé sus talones con mis manos y me coloqué para volver a introducirme en él. De igual manera variaba la velocidad del bamboleo. Podía ver de frente su cara llena de placer, darle besos al por mayor y extasiarme con sus labios rojos, con sus ojos azules, con su cabello desordenado, con sus suspiros de placer. Su sistema nervioso simpático creyó prudente llevarlo al orgasmo y a expulsar su semen. Cuando me di cuenta de esto aumenté la intensidad de mi penetración para llevarlo al clímax del acto sexual. Empezó a aventar líquido ...