1. Te lo haré aunque no quieras


    Fecha: 11/08/2017, Categorías: Hetero Autor: Nancybella, Fuente: CuentoRelatos

    Después de los 25, ya con suficiente experiencia en la cama y al tope con trabajo y estudios casi no tenía tiempo para ir a casa. Me pasaba todo el día fuera, trabajando y yendo a la escuela por las tardes y era natural que casi siempre tenía alguna salida con algún novio, amigo, compañero e inclusive, alguno de mis maestros para pasarla bien.
    
    Luego que mi madre enviudara, lo cual significó un bálsamo para ella, se dio el lujo de tener varias parejas y casi todos iban a casa. Uno de ellos, Vicente, fue muy insistente y logró cautivar a mi madre durante algún tiempo. Era carnicero y obvio, los mejores filetes llegaban a casa sin costo alguno o al menos eso pensaba. Logró quedarse muchas noches y a mí me daba curiosidad escucharles, pues desde mi cama apenas veía las sombras cuando mi madre se sentaba en su pito y aunque ella era discreta, sí podía escuchar cuando se agitaba su respiración, o algunos gemidos y hasta cuando le hacía sexo oral. Supongo que él terminaba en su boca porque ahí entonces era él quien casi gritaba de placer.
    
    Mi madre tuvo una hija a los 17 años con un hombre que la abandonó después. Posteriormente conoció a mi padre que había enviudado y tenía hijos grandes, tres hombres y dos mujeres. Se adaptaron con el tiempo pero mi padre era un hombre que se alcoholizaba muy seguido y muchas veces mi hermana y yo escuchamos sus discusiones. Murió ya mayor, le llevaba muchos años a mi madre y eso, como les dije, fue un descanso para ella.
    
    A los pocos ...
    ... meses llegó Vicente. Mi madre había tenido dos o tres relaciones fallidas, regularmente con casados pero con Vicente fue distinto. Él, era mayor unos 10 años y cuando nos veía a mi hermana y a mí nos veía con lujuria. Mi madre no tenía ojos más que para él y le consentía en todo, tanto así que siempre guardaba lo mejor de la comida para él.
    
    Mi madre ayudó a una señora durante mucho tiempo. Ya era una adulta mayor y se distinguía por su buen trato. Siempre nos enviaba regalos y le pagaba muy bien a mi mamá. Una noche la señora se sintió mal y mi madre tuvo que quedarse a cuidarla en su casa, supongo que hasta que llegaran sus hijos.
    
    Yo había cogido esa tarde con un chico y me quedé quizá insatisfecha aunque la había pasado bien. Mi hermana vio la oportunidad de correr a casa de su novio y allí, me advirtió, se quedaría un buen rato. Sin embargo, tras haberme cambiado y andar con una blusita y un calzoncito pequeño, mi tranquilidad se vio opacada por la llegada de Vicente. Entró a la casa y no me miró mucho pese a que se dio cuenta que traía yo muy poca ropa. Fui a ponerme un short que no ayudó mucho a cubrir mis curvas.
    
    El tipo se arrojó a ver televisión y se tomó dos cervezas de un six pack que llevó de la tienda. Yo seguí haciendo mis cosas aunque tuve que llevarle al tipo limones, sal y un plato para un queso que llevaba de su carnicería. Aunque le expliqué que mi madre no llegaría pues se quedaría a cuidar a doña Estela, ni me hizo caso y siguió con lo suyo.
    
    Yo ...
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