1. Placeres


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de las putas, su pierna derecha se levantó y por debajo de ella metió el brazo para poder frotar el ojete del culo que ahora ya estaba lubricado con tanto flujo que brotaba de la encharcada vagina. Tal acto la colocó a mil, sus dedos entraron con furia y sintió como en el acto estaban chapoteando en su vagina, los cuatro dedos salían y entraban frenéticamente, no aguanto más y metió de un solo tacazo dos dedos en su culo, por dentro sentía cómo se rozaban ambas manos, se revolcaba con furia, mordía sus labios y saliva corría por sus mejillas. El orgasmo estaba recorriendo sus pezones, sentía cómo le ardían, su vagina se llenó de aire, sus dedos querían entrar más, las piernas se cerraron con fuerza, culo y vagina se contrajeron, sus ojos daban la impresión de estar trasportada al más lindo paraíso, sentía que su cabeza explotaría y moriría en ese instante. Durante un buen periodo no dejó esa posición, al final quedó totalmente relajada, arqueada en la cama y su boca entreabierta. Fue bajada de su éxtasis por los llamados de Estella.
    
    Mami... mami, mami... dónde estás.
    
    De inmediato se incorporó, se colocó su bata extra trasparente, que dejaba ver todos sus enormes seno y sobre todo su linda chocha que aún goteaba y brillaba por aquel lindo flujo, se dirigió a la habitación de Estella, dejando atrás unas sabanas totalmente mojadas y olorosas a dulce vaginal.
    
    - ¡Hola nena!, ¿cómo amanece mi dulzura?... colócate las pantuflas para que te laves los dientes y bajes a ...
    ... desayunar. - Esa mañana desayunaron en el jardín. La casa era enorme. Carmen la había conseguido con uno de sus amantes, que se la dio con la condición de tener su cuerpo cuando él quisiera y efectivamente esa tarde la llamaría Carlos: un hombre de tez negra, bien parecido, de cuerpo atlético a pesar de sus 48 años el cual era dueño de varios restaurantes.
    
    Carlos le dijo que tenía ganas de verla e iría esta noche y llevaría una sorpresa. Eso hizo que carmen se humedeciera más, pues una noche con Carlos y sus vicios era lo que ella requería para ahogar esa calentura con la que había amanecido.
    
    Estella era más que feliz al lado de su madre no le faltaba nada de afecto y mucho menos material. Ella estaba totalmente sana del oficio de su madre, pues Carmen tenía un lugar en la casa destinado a sus placeres muy alejado y seguro de la vista de Estella.
    
    Por esos días comenzaba el verano y en especial esa noche hacía más calor que de costumbre Carmen tuvo que darse un buen baño para ahogar el intenso calor de perra en celo, que juntado con el calor de las típicas noches de verano y la luna llena convertían su cuerpo en una bomba de placer. Sintió cómo el chorro del agua fría perforaba sus poros y un instante de calma se apoderó de ella era una sensación relajante, sus manos empezaron a restregar suavemente una esponja impregnada de jabón líquido con aroma de rosas. La esponja se deslizó por su cuello, bajando hasta sus rígidos pechos, los frotó circularmente, primero con ...