1. Placeres


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... movimientos un poco rápidos en la base y finalmente lentos, muy lentos en los enormes pezones, se deslizó por aquel abdomen, que si bien no era perfecto tampoco estaba como para desperdiciar y no atreverse a pasar los labios por él y sobre todo dejar nadando la lengua en ese ombligo redondo, perfecto, del cual gustaba que mujeres y hombres bebieran vino hasta hartarse. Carmen dejó su vientre y con ambas manos, una por delante y otra atrás empezó enjabonar culo y vagina, su mano se deslizaba, casi desaparecía en aquel prodigio de culo, metía la mano en forma lateral por toda la comisura que divide en dos el trasero mientras frotaba rápidamente toda la cuca con la esponja.
    
    No quería perder el control y terminar en una paja que de una u otra manera le restarían fuerza para su encuentro con Carlos y procedió a dejar caer nuevamente el chorro de agua sobre su piel blanca.
    
    Para esas noches especiales jugaba con Estella todo el día, de modo que al llegar la noche ella estuviera cansada y se durmiera rápido. Para esta noche recibiría a su invitado con la bata más trasparente que tenía y nada abajo, con esa bata se podía ver cómo su clítoris quería escapar de aquellos carnudos labios que a su vez marcaban un estupendo arco entre sus piernas. Unos tragos del mejor brandy de su bar y estaría más que arrecha.
    
    Eran las 11:30 cuando escuchó el auto que tocaban a la puerta. Carmen y Estella vivían solas en aquella casa pues a Carmen nunca le han gustado los criado y mucho menos ...
    ... los parientes o amigos fisgones, por ello le pagaba a una señora todos los lunes para que hiciera el aseo completo de la casa. Corrió a abrir la puerta cuando se acordó que Carlos le dijo que le llevaría una sorpresa y como no sabía qué tramaría esta vez, se tomó un tiempo para ponerse una gabardina. Al abrir se encontró con un negro de unos 1,80 de estatura, elegante y conservador, de traje blanco y zapatos blancos con laterales negros, como si fuera sacado de alguna historia de Gabriel García Márquez.
    
    Carlos era una persona súper educada y sobre todo tenía ese morbo que enloquece y ese tacto elegante y sencillo que encanta, con él venía Tere, una esbelta y delicada mujer de tez morena, cabellos rizados, pechos medianos y cintura de avispa. Carmen sintió una enorme gota de sudor recorrer su espalda pues le excitaba el hecho de no saber qué numerito traía Carlos en la mente. Carlos le saludó con un beso en la mejilla y entregó la docena de claveles que traía para ella.
    
    Me encanta reconfirmas que cada día estás más linda Gracias... pero entren por favor, y tú ¿cómo te llamas? Lo siento, perdona mi descortesía... te presento a Tere una amiga
    
    Las dos mujeres estrecharon sus manos. Carmen sintió cómo Tere alejaba su mano de ella no sin antes deslizar uno de sus dedos sobre la palma, acto que encendió más a Carmen, pues sintió cómo aquel dedo recorrió la palma de sus mano como si fuera un enorme y sutil pene, fue un segundo que parecía cien minutos.
    
    La noche prometía una ...