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Venancio, el viejo tendero
Fecha: 19/01/2019, Categorías: Microrelatos, Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... todo un poco. Me preguntaba qué tal llevaba el haberme quedado ciego, si me defendía con los quehaceres de la vida, etc. etc. etc. A mitad de camino nos paramos pues él quería encender un cigarrillo, me ofreció otro a mí; toma fuma uno de los míos me dijo; me lo puso en la boca, y con su mechero me dio fuego. Seguíamos el camino sin mucha prisa ya que íbamos hablando, y a cada paso hacíamos una parada para seguir con la conversación. Cuando llegamos a la altura de la tienda donde tiene su vivienda, nos paramos y durante unos 15 minutos, estuvimos parados mientras seguíamos con la conversación. Sacó otra vez el paquete de tabaco, y me volvió a ofrecer otro cigarrillo; nos vamos secar la boca de tanto hablar y fumar, la verdad es que ahora sí vendría bien otra cerveza le comenté. Pues si tú quieres entramos en mi casa, y te invito a una. No, le contesté, es tarde y además me está apretando las ganas de mear. No te preocupes, y agarrándome por el brazo me llevó hasta la puerta de la tienda a la vez que me decía que en la tienda tenía aseo, además del aseo de su vivienda. Abrió la puerta y cuando me di cuenta, ya estábamos dentro de la tienda. Ven me dijo mientras me agarraba por el brazo, al fondo tengo la cocina y un aseo. Entramos en la cocina y me dijo que podía dejar la mochila y bastón en el banco. Me indicó donde estaba el banco, y allí dejé la mochila y el bastón después de plegarlo. Quieres ir ahora a mear, o bebemos primero la cerveza. Mejor primero ...
... mear le contesté. Me llevó hasta el aseo y preguntó si necesitaba ayuda. Indícame donde está la taza del wáter, que no quiero tirar nada, y menos mear donde no es. Ven me dijo mientras me empujaba hasta la taza del wáter. Bajé un poco el pantalón del chándal que llevaba y como no llevaba nada más puesto, ya que el bañador lo había sacado por estar mojado y lo llevaba en la mochila, saqué la polla y procurando apuntar bien me disponía a empezar a mear. Espera me dijo él. Y de pronto noté su mano agarrarme la cadera mientras me iba girando para colocarme mejor y no meara por fuera. Ahora echó la mano a mi poya y la dirigía al hueco de la taza del wáter. Deja que no hace falta le dije. No te preocupes que la vergüenza ya hace tiempo que la perdí. Ya no aguantaba más, así que empecé a mear. Cuando terminé de mear, él viejo se puso a menearme la polla para que no quedaran gotas. La verdad es que se me estaba empezando a poner morcillona la polla, y la cara colorada como un tomate. Te estás poniendo cachondo me dijo el viejo. Se ve que llevas tiempo sin hacerte una paja. Pues sí, le contesté. ¿Y hace tiempo que no follas? Pues de eso ya casi no me acuerdo, fue antes de tener el accidente, le dije. Pues eso tiene fácil solución me decía el viejo, sin dejar de menearme la polla. Como veía que no le decía nada y me había quedado quieto, el viejo se iba animando, y ahora me estaba bajando poco a poco el pantalón del chándal. Primero me sacó ...