-
Maduras anónimas (Cap. 10)
Fecha: 19/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: Incest_Lover, Fuente: CuentoRelatos
... gritara pidiendo más, era algo hipnotizante el verlos follar. Sin siquiera darme cuenta ya me estaba frotando el coño por encima de mis bragas que se humedecían cada vez más. Finalmente mi hijo embistió con fuerza a la mujer quien soltó un gran gemido anunciando que había alcanzado su orgasmo. Alex se retiró de ella y pude ver como su leche escurría de aquel coño peludo. Pero también pude ver la polla de mi hijo la cual aún se mantenía rígida y poderosa. La señora se levantó y tomándolo de la mano lo llevo fuera de mi vista, seguramente al dormitorio a continuar la faena. Recupere la cordura y me sorprendí de lo húmeda que estaba. Tratando de pensar con claridad comencé a alejarme del lugar pero antes de poder hacerlo una mujer me detuvo; se identificó como la dueña del lugar. Me llevo hasta su departamento y me explico todo lo que ocurría ahí con los chicos y las señoras. La mujer fue directa al grano, si yo planeaba contarle a alguien lo que había visto ella tenía los medios suficientes para hacer que me arrepintiera. Parecía que no sabía que Alex era mi hijo. Sin embargo a cambio de mi silencio me ofreció poder probar aquel peculiar servicio que ofrecía utilizando un departamento especial para quienes no eran inquilinas. Salí corriendo de ahí sin decir palabra. Nunca había estado tan horrorizada en mi vida, ¿Cómo se le ocurría a aquella mujer que yo estaría interesada tan siquiera en formar parte de ello? No le diría nada a nadie pero en cuanto a mi hijo ...
... hablaría con él para evitar que regresara a ese pervertido lugar. Llegue a casa y me quede esperando que Alex regresara para encararlo. Desafortunadamente había tenido un día pesado en la oficina y el cansancio me venció antes que me diera cuenta y caí dormida en el sofá. Desperté ya entrada la madrugada y me sorprendió ver que alguien me había colocado una sábana para cubrirme, no podía ser otro que mi hijo. Me dirigí a su habitación y lo encontré profundamente dormido. Pensé en despertarlo para recriminarle lo que había visto pero caí en cuenta que eso solo dañaría nuevamente nuestra relación que apenas y comenzaba a repararse. Supuse que su cambio de carácter se debía muy posiblemente a sus encuentros con aquellas maduras, como una especie de desahogo sexual. Suspire resignada y decidí dejar las cosas como estaban, buscaría ayuda acerca de que hacer al respecto pero cuando me disponía a retirarme algo me hizo detenerme, el recuerdo de la polla de mi hijo, de cómo entraba y salía de aquel chocho maduro, los gritos de la mujer vuelta loca de placer. Aun no podía creer que mi hijo, a quien todavía consideraba un niño pudiera hacer el tipo de cosas que había visto. Por más que trate no pude apartar de mi mente la visión de aquel pedazo de carne erecto. No sé qué se apodero de mí esa noche pero una fuerza en mi interior me motivo a hacer algo que aun hasta hoy me avergüenza. Con lentitud me fui acercando hasta él; como era verano lo encontré durmiendo solo con sus ...