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Maduras anónimas (Cap. 10)
Fecha: 19/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: Incest_Lover, Fuente: CuentoRelatos
... calzoncillos. Me arrodille en silencio y poco a poco comencé a despojarlo de aquella prenda. Ante mis ojos hizo su aparición su miembro que también dormía, habían pasado muchos años desde la última vez que lo había visto. A pesar de estar en letargo se veía grande, al menos más grande que los que había visto. Sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, mi sentido común me gritaba, me imploraba que me retirara pero algo dentro de mí se resistía, había una parte de mí que deseaba verla en todo su esplendor de cerca. Con sumo cuidado acerque mis manos hasta ella y la acaricie con delicadeza; recordé aquellas veces anteriores cuando solía bañarlo y comenzó a tener sus primeras erecciones. Alex se moría de vergüenza cuando eso sucedía y yo lo encontraba de lo más tierno. Pero lo que estaba haciendo ahora no tenía nada de tierno; era algo prohibido e inmoral. Aun así no podía detenerme, poco a poco aquel pene comenzó a despertar gracias a mis atenciones. Lo seguí acariciando con ahínco hasta que se levantó majestuoso frente a mí. Me quede unos minutos inmóvil observando aquel erecto pedazo de carne. Comencé a sentirme acalorada, ansiosa, respiraba con dificultad. Una vez más mi cerebro me gritaba que saliera de ahí pero mi cuerpo seguía sin responder. La verdad es que había pasado bastante tiempo desde que había tenido relaciones sexuales. La última vez había sido antes del divorcio, cuando mi ex y yo aún intentábamos reparar nuestro matrimonio. Cuando llegamos ...
... a la ciudad tuve un par de citas pero nunca llego más allá de un faje rápido. Nunca me he considerado una mujer fogosa pero la polla de mi hijo estaba despertando nuevas sensaciones en mí, las cuales me hacían sentir como una depravada. Aun no puedo comprender que me llevo a cometer aquel acto impuro pero sin poder detenerme me lleve la polla de mi hijo a la boca y comencé a darle una mamada. Para fortuna mía Alex siempre ha tenido el sueño pesado y simplemente se limitaba a emitir pequeños gemidos mientras disfrutaba de lo que hacía. Dios, nunca había probado tal delicia ni tampoco tenido algo tan grande en mi boca. Apenas y podía tragarla toda, sentía como esa gorda verga me llegaba hasta lo más profundo de la garganta y eso me excitaba. Hice a un lado mis bragas completamente empapadas y con mi mano libre comencé a masturbarme. Mis dedos entraban y salían de mi coño al compás de la mamada que le estaba propinado a mi hijo. Con la otra mano me dedicaba a pajearlo mientras sacaba y metía su verga de mi boca. No sabía si se había limpiado luego de su encuentro con aquella mujer pero no me importaba. Aquella verga me sabía a gloria, su morada cabeza era cubierta por mis labios dándole delicados chupetones. Mi mano apenas podía abarcar todo su grosor mientras continuaba pajeandolo. Sentía como mis jugos recorrían mis piernas hasta llegar al suelo haciendo un charco debajo de mí. Finalmente mi hijo se convulsiono entre sueños y soltó un potente chorro de esperma que ...