¡Mi hermana, mi mujer, ufff!
Fecha: 20/01/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... risas, pero acabó abrazada a aquel tipo mientras la música les hacía moverse suavemente arriba y abajo. Gloria aprovechó para sacar a su vez a bailar a Jacinto. El pobre me miraba pidiéndome permiso con los ojos. Yo pedí otro trago en la barra. Empezaba a sentirme algo borracho. Me quedé observando a las dos parejas y lo diferente que eran. Andrés se pegaba a mi hermana como una lapa, apretaba sus manos para atraer las caderas de ella, casi la llevaba en volandas. La cabeza de mi hermana se ladeaba apoyada en su pecho y sus labios se abrían, de vez en cuando para decir algo. Andrés la miraba y lanzaba una risotada, y luego intensificaba su abrazo hasta hacer desaparecer el rostro de Ana entre su camisa medio abierta.
Gloria y Jacinto se movían discretamente. Ella coqueteaba con él, como hace a veces con otros hombres pero en general parecía más interesada en vigilar a la otra pareja. De hecho sus ojos se iban continuamente al baile de su cuñada e ignoraban las miradas y la conversación de Jacinto. Daba la sensación de que le había sacado a bailar para simplemente seguir más de cerca la evolución de los otros. Ellos, mientras tanto, seguían a lo suyo. A mí no me miraba nadie.
La noche siguió adelante, entre conversaciones rotas, y de cuando en cuando Andrés se llevaba de nuevo a Ana a bailar. Ella le seguía complacida. Cuando volvían, mi hermana me miraba durante un breve instante pero directamente a los ojos. Parecía buscar que yo dijera algo, parecía querer ...
... recordarme con su mirada algo que yo había olvidado. La mano de Andrés descansaba en su cintura, la de ella desaparecía tras la espalda de él. Gloria los contemplaba a los dos. Yo veía los cruces de miradas, el contacto de los cuerpos. No prestaba atención a las voces de Gloria y Andrés que ya no hablaban de la infancia sino del presente. El ruido del alcohol en mi cabeza ganaba terreno.
Pues ya que el destino nos ha vuelto a unir sería un sacrilegio que nos separáramos otra vez, sería absurdo. ¿Tú qué crees, guapa?-
La mano de Andrés atraía más y más a mi hermana contra su cuerpo.
Siempre has sido un descarado.
Gloria, por favor. Sabes que, respetando aquí a mi amigo, siempre he estado enamorado de ti.
Ya, y de Ana también.
También, también-
Las dos se rieron, especialmente mi hermana; hacía tiempo que no la oía decir nada. Se dejaba hacer...
Si vamos, que te gusta todo lo que lleva faldas.
¿Y por qué no? Las mujeres sois lo más hermoso de la creación. ¿Qué mal hay en ello?
Ninguno, ninguno, si la mujer en cuestión espera darse la vuelta en la cama a la mañana siguiente y encontrarte todavía allí.
Ah, Gloria, Gloria, el amor es como una brizna de viento en tu cara, un instante breve de placer, que agotaría si se prolongara.
Por eso lo cortas de raíz.
Claro, así la mente lo recuerda y lo idealiza.
O sea, que nos haces un favor.
Pues claro nena, os dejo enmarcados instantes eternos. Eso es lo que os gusta a las mujeres, tener recuerdos ...