1. Ay, profe, ¡me haces igual que mi papá…!


    Fecha: 12/08/2017, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... “hombre sin el cerebro lavado” – no le pasa desapercibida. Su cuerpo era poderosamente provocativo, tenía cuerpo de mujer, no como el de sus compañeras, que - aunque también eran hermosas y yo las adoraba –eran delgados y enclenques. Luisa tenía cuerpo de deportista. Además, tenía una mata de pelo que le llegaba hasta la cintura como una lenta cascada de petróleo, de tal frondosidad que producía feromonas como una bomba. Su rostro no era menos encantador. Los pómulos estaban perfectamente subidos en su lugar, producto de un sin número de satisfacciones, sosteniendo unos ojos que por alguna razón que no entiendo bien, parecían más redondos y reflectivos de lo normal. La boquita se le abría pequeñita en medio de los saludables cachetes, solo lo suficiente para señorear su bien alineada dentadura. Dicho eso, habiendo dejado en claro que Luisa era algo muy cercano a un ángel, les hablaré de su mayor atributo: su culo. Ahhh su culito. Ahora que estoy aquí presionando las teclas para contarles después de varios años, me muerdo los labios y me caliento. Mi obsesión nació un día de brujas, en que la mujercita se disfrazó de bruja. Se puso zapatos altos, pantimedias de fina lana y sobre ellas, apenas un velillo que hacía de falda. Perdí mucha de mi autonomía ese día, porque la lujuria tenía el control. Quería pasarme todo el día al pie de ella, o al menos, cerca, y no perderme del espectáculo de sus nalgas estirando las hebras de su pantimedia y creando un efecto claro-oscuro que ...
    ... acentuaba la redondez de sus glúteos. Estoy seguro que otros profesores, hombres e incluso algunas mujeres, estaban en estado de excitación por Luisita. Irónicamente, la histeria que ha flotado por décadas alrededor de las menores, ha tenido un efecto opuesto al deseado. En vez de cubrir a las niñas, se les da vía libre, suponiendo que son los hombres quienes cargan por sí solos con la responsabilidad de ‘controlarse’. Por ese principio ilógico, las menores han andado en las calles y en los medios cada vez más provocativas, cargando más el interés por lo prohibido. Es un teorema feminista, el derecho de las mujeres a provocar y la prohibición a los hombres de provocarse. Bueno, no voy a ahondar en eso en un relato erótico, ¡mi intención es que pasen una buena paja, no hacer activismo! Las nalgas de Luisita, tan firmes, paraditas, apretaditas, tan grandes… pasé ese maldito Halloween con el corazón a mil y el pantaloncillo mojado, además de una jaqueca a causa de mi esfuerzo por que mis ojos absorbieran más luz y verle aún mejor el culito a través del velillo. Me contuve de hacerme la paja por aquella molesta realidad de que es adictiva y genera conformismo. Me propuse a conquistar a Luisa y pegarle su culeada. Al menos seis meses después, Luisa y yo éramos íntimos amigos. Luisa me contaba todo, jugábamos con frecuencia, nos habíamos dado algunos besitos y le había acariciado la cola varias veces. La primera vez que la toqué fue en medio de un juego, simplemente la palmoteé. Como ...
«1234...7»