Violada por una mujer
Fecha: 25/01/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: MissFlorMayo, Fuente: CuentoRelatos
... arrancó la ropa. Ya desnuda, le dio dos bofetadas en la cara.
-Esto es para que aprendas zorra
-Pero mira que tetas más apetecibles tienes. Te las voy a comer todas
El miedo se veía en la cara de Mireya que movía la cabeza de un lado a otro negando lo que le iba a pasar. Susana fue directa a sus tetas y comenzó a chuparle una y a retorcer el pezón de la otra. Las lágrimas bajaban por el rostro de Mireya y se notaba que no estaba gozando nada. Susana siguió chupando y lamiendo todo su cuerpo, hasta que llegó al coño. Ahí se esmeró con dedicación y comió y comió de ese coño deseado. El cuerpo de Mireya respondía al estímulo, pero sus lágrimas decían que no disfrutaba, lo cual ponía a Susana más cachonda aún, porque muy dentro de ella, siempre había querido violar a una mujer, poseerla en contra de su voluntad. Las zorras lesbianas ya no le ponían, ahora quería estrenar heteropetardas de estas que se ufanaban de decir lo mucho que disfrutaban de las pollas.
Le chupaba, le mordía, le soplaba el coño a Mireya, le metía los dedos, el puño, lo sacaba y vuelta a empezar. Estaba seca, no se mojaba, estaba sufriendo, pero eso era suficiente para Susana. Luego sacó el arnés, se quitó la ropa y se lo puso. Al ver semejante pollón, Mireya abrió mucho los ojos.
-No decías que te gustaban mucho las pollas? Pues aquí tienes una y gorda.
-Patricia, ponla a cuatro patas.
-Enseguida
La puso a cuatro patas y Susana comenzó a tocarle el coño con vicio, se veía en sus ojos ...
... lo que estaba disfrutando. Con los dedos le abrió los labios vaginales a la putilla y le metió la polla de golpe. Se agarró de sus tetas y comenzó a bombearla con fuerza.
-Así me dijiste que te gustaba puta, que dieran duro por el coño, ¿no?
-Te estoy dando como quieres, pero no te mojas, ¿te hago daño? Pues te jodes zorra.
Cuando Susana estaba a punto de correrse por quinta vez, le sacó la polla del coño, le ordenó a Patricia que la pusiera bocarriba en la cama y le quitara la braga de la boca y acto seguido se sentó en su boca y comenzó a frotar su coño empapado con su cara. Mireya tenía la boca cerrada, pero no importaba. Lo que Susana quería era llenarle la cara de sus jugos en contra de su voluntad.
Finalmente, Susana se corrió en la cara de Mireya y se tumbó a su lado para recuperar el aire. Mireya no podía decir nada, se sentía asqueada y sucia. Susana se levantó y recogió su ropa, se la puso y cuando iban de salida ella y Patricia, Mireya les gritó: ¡Esto no se va a quedar así, mi hermano que es policía te va a meter presa!
Susana soltó una carcajada y le dijo,
-Mejor, así tendré más putas a mi disposición o me convertiré en la puta de alguien. No me asustas, idiota.
Salieron las dos del piso de Mireya y abrieron el bar de nuevo, para esperar a la policía. Hablaba en serio Susana cuando decía que no le daba miedo. A la media hora de estar ahí esperando, mientras se tomaban unas copas. Llegó la policía, subieron al piso de Mireya, esta le contó a ...