1. Un profesor, una alumna y un colegio católico – Parte 3


    Fecha: 12/08/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    La gloriosa jornada del estreno de Cecilia aún proyectaba vívidas imágenes en mi mente, cuando al día siguiente llegaba al colegio para realizar mis labores. Al pasar frente a ella, fue como cualquier día. Como estaba claramente acordada la discreción, en ningún momento se acercó a hablarme y como ese día no me tocaba el grupo de ella, actuó normalmente, como si nada hubiese pasado. Era martes. Al día siguiente sí, se produciría nuestro segundo encuentro, que sería el primero al que le daría más contenido de sesión BDSM. Al salir del colegio la recogí en la parada del bus, pero esta vez no la llevé a ningún restaurante, sino derecho a mi casa. Ordené comida por celular. Una ensalada primavera: arroz, maíz, arvejas, zanahoria y presas de pollo. Bien liviano para una buena tarde de sexo y algo más. Mientras íbamos en el auto le fui mencionando algunas reglas: - Solo hablarás cuando te autorice y si necesitas hacerlo, me pedirás permiso primero. Desde hoy, cada vez que estés conmigo a solas y una vez que se cierre la puerta, dispondrás exactamente de un minuto para desnudarte completamente. Solo usarás ropas frente a mí cuando yo te lo permita y según lo que yo te indique que uses. Me llamarás Amo o Señor y harás todo lo que te ordene quieras o no, te guste o no, para tu placer o dolor y en cualquier caso me agradecerás todo lo que te haga. ¿Entendido?… - Sí, Amo. Al llegar a casa y tras cerrarse la puerta, comenzó a quitarse sus ropas. Le indiqué una silla donde debía ...
    ... dejarlas prolijamente dobladas. Le dije también que cuando terminara me esperara arrodillada frente a mi sofá, con las rodillas abiertas y separadas y ambas manos sobre la nuca. Yo fui a buscar la orden del almuerzo y volví en pocos minutos. Cecilia estaba desnuda y en la pose indicada. Dejé la comida sobre la pequeña mesa junto al sillón y le ordené que se pusiera de pie para inspeccionarla. La pose era piernas separadas, torso bien erguido y manos en la nuca con los brazos bien abiertos. Su cuerpo exponía de inmejorable manera las generosas formas que había desarrollado. Le indiqué que mirara hacia abajo mientras la inspeccionaba y obedeció. Noté que llevaba algo de maquillaje en el rostro y su vagina lucía un bello púbico muy tupido. La llevé al baño, le entregué una afeitadora que había comprado para ella y le presté mi espuma de afeitar. - Rasura tu vagina y desde hoy mantenla siempre así… nada de concha peluda conmigo. Luego quítate el maquillaje y no vuelvas a usar nada de eso sin pedirme permiso. Te dejo este cepillo de dientes que compré para ti, pero lo usarás después de comer. Cuando termines estas tareas, recoge la comida, sírvela en dos platos. Pon el mío en la mesa y en cuanto a ti, ya sabes dónde debes comer. Date prisa. Cumplidas sus tareas, sirvió la mesa para mí y puso su plato en el suelo. Me senté a la mesa, ella se arrodilló. Esperé a propósito a que lo hiciera, para refrendarle que no había servido agua. - ¿Quieres que almuerce a pico seco? - No, Amo… le pido ...
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