1. Un profesor, una alumna y un colegio católico – Parte 3


    Fecha: 12/08/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... perdón. - Ve al refrigerador y toma una botella de agua mineral sin gas. Abre el armario, saca dos vasos y trae todo aquí. Se apresuró a cumplir la orden y volvió con todo lo requerido. Sin que le dijera nada destapó la botella, me sirvió primero a mí y quedó expectante. - Bien, Cecilia… sirve para ti también, ponlo en el suelo y ya puedes empezar a comer. El almuerzo transcurrió con el debido silencio de su parte y una vez terminado le dije: - Ya sabes qué hacer con los platos, vasos y cubiertos… Luego ve al baño y cepilla tus dientes y después búscame en la sala de estar. Levantó todo y sin perder tiempo fue a la cocina a realizar su tarea, mientras yo aproveché para hacer mi higiene dental. Luego, en mi dormitorio me despojé de mi ropaje y desnudo me dirigí a la sala de estar rumbo al sofá, donde puse en exhibición dos látigos más una fusta que había comprado el día anterior, más mi cinturón, más una fina vara de madera y también un collar de perra de color negro con una chapita con su nombre escrito todo en minúscula, y entre corchetes, mi nombre en mayúsculas. El collar tenía una argolla con una cadena muy linda enganchada. Cuando llegó Cecilia y vio todo eso, acusó la sorpresa abriendo sus ojos ampliamente. No dejaba de observar aquellos objetos. - Tu mala conducta amerita un castigo. ¿Sabes en qué has fallado? - No, Amo… -dijo en voz baja y con cabeza gacha- - En el auto te dije claramente que era tu obligación agradecerme todo lo que te haga, ¿no es así?. - Sí, Amo… ...
    ... - Pues no te escuché darme las gracias por la afeitadora y el cepillo dental que te regalé, ni por la comida, ni nada… - Tiene razón, Señor… estoy en falta… - Estos látigos y ese collar también los compré para ti… - Muchas gracias, Amo. - El collar te lo tendrás que ganar demostrando que eres digna de usarlo. Los objetos de castigo ya te los ganaste. Por ser la primera vez, te permitiré que tú misma elijas con cuál de ellos quieres que te azote. Prácticamente sin dudar, eligió el cinturón. Pensar que gasté un buen dinero en dos látigos y dos fustas, para que finalmente su primera azotaina fuera con el cinturón que ajusta mis pantalones todos los días. - ¿Algún motivo en especial para esa elección? - Me recuerda a mi padre… - ¿Él te azotaba con su cinturón? - En pocas ocasiones… cuando me portaba muy mal… - Y… ¿cómo te castigaba él?… - Me bajaba las ropas y me daba con el cinturón… a veces solo con la mano. - ¿Pero siempre te bajaba las ropas? - Sí, Amo… - ¿Y qué significaba para ti exponer tu cola desnuda ante tu padre? - Sentía vergüenza… - ¿Y crees que a él le gustaba tenerte desnuda? - Tal vez sí le gustaba… Cuando me bañaba me tocaba toda… pero solo se animaba a tocarme y nada más. - Bien, Cecilia… Yo me animaré a mucho más que solo tocarte, pero eso será después. Ahora te daré tu primer castigo. Ya que no hiciste fiesta para tus quince años, te los voy a festejar hoy con quince azotes. Quiero que los cuentes uno por uno, en voz alta… ¿entendido? - Sí, Señor… Dispuse una ...