47.2 Día primero de mayo
Fecha: 12/08/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... en él. Separó su boca un momento.
-No tengas miedo, no te voy a matar, mejor dicho, voy a matar tu culito que llevas ofreciéndomelo como puta desde que salimos del baño. –Dios como me puso su tratamiento de puta, no le dejé continuar y busqué desesperado su boca cerrándola con la mía, aunque igual me daba más placer si la usaba para hablarme.
-Gonzalo, no puedo vivir sin ti, ¡qué bien me encuentro! -no me podía mover más, lo que sus brazos me permitían y sentado en sus fuertes piernas sentía como acariciaban mis muslos con sus vellos.
Llevé mi mano a la boca para mojarla de saliva y la dirigí a mi culo, tenía el ano ardiendo de deseo y creo que mi saliva se evaporó al dejarla allí, tuve que repetir la operación hasta que pude comenzar a meter mis dedos, Gonzalo estaba aprendiendo mucho, abrió sus piernas para forzar a que abriera mi culo y facilitarme mi trabajo, le ofrecí mi mano para que la ensalivara.
-Sabe a tu rico culo. –chupó mis dedos, goloso y me arrebató el sabor con sus lamidas antes de dejármela mojada.
-Sí, eres divino, mi amor, vete metiéndola, rómpeme el culo de una vez. -pero él solo me besaba apretándome contra su pecho y yo en mi movimiento frotaba los dos penes contra nuestros sudados abdómenes.
-Folla a tu puta, dame tu verga de una vez. –sentí como tembló al escucharme, y me sujetó de las caderas para elevarme, le ayudé apoyando las uñas de los dedos de mis pies en el suelo, la punta de su verga, rígida como una lanza, se poyó en ...
... la entrada de mi culo y me dejó libre para que yo me empalara su polla en mis entrañas, me sostenía con sus manos en mi cintura, como si mi cuerpo fuera una vagina donde él se fuera a meter y solo la dirigía.
Me fui metiendo su polla poco a poco, hasta la mitad, y ahí dejé caer mi cuerpo de golpe, produciéndome dolor al enterrar en mi toda su verga de golpe, yo lo había querido así, quedé unos segundos encogido y apretando mi culo con fuerza, encrespando mi espalda como un gato dispuesto a saltar, el dolor se calmó rápidamente.
Podíamos acariciarnos, besarnos, lamernos y sentirnos todo nuestro cuerpo en el inacabable pasar de nuestras manos, el movimiento era muy lento, me dejaba caer y giraba mi cuerpo para que los pelos de su pubis acariciaran mi culo, en ese momento el placer era sublime y quería que durara, pasaba y volvía a repetir la operación, aplastando sus testículos entre sus muslos y mi ano hasta un momento en el que necesita más.
-Llévame a la cama y dame fuerte, lo necesito mi amor. –se puso de pié con mis piernas rodeando su cintura y me follaba a lo bruto, sosteniendo mi cuerpo en sus brazos, inclinando su espalda buscando entrar más y romperme por dentro, dio unos traspiés haciendo fuerza como un toro hasta que caímos sobre la cama.
Seguía y seguía follándome y no sabía dónde estaba, sollozaba de placer y arañaba sin darme cuenta su espalda, estrangulé su polla con mi ano apretando muy fuerte y tuve un orgasmo que me llevo a gritar y morder su ...