1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 8


    Fecha: 26/01/2019, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... Necesito correrme y quiero hacerlo dentro de tu boca, sobrinito mío. Y quédate siempre de rodillas, si, de rodillas, desnudo, a mis pies. Vamos, chúpame, Bernardo. - Bernardo introduce su cabeza entre los muslos calientes de su tía. Muslos lechosos y blandos, olor a coño húmedo, olor a sal, a sexo ardiente. Con torpeza, saca la lengua y empieza a explorar aquel sexo abierto, rojo y mojado. Penetra con ella en el santuario del placer y nota que el olor lo envuelve, el olor a sexo y a deseo. Empieza a lamer. Mari Carmen gime, descontrolada, y arrastra a su sobrino hasta el sillón, dónde ella se sienta, despatarrada, para que él le chupe el coño con más facilidad. Bernardo chupa. Nunca había chupado un coño, y está tan excitado que pronto la polla se le pone dura, y la nota, batiente, como un palo endurecido entre las piernas, colgando a un lado y a otro. Mari Carmen sigue gimiendo de placer, mojándose cada vez más. Pronto se correrá, y lo sabe. Por eso empuja la cabeza de su sobrino, que a estas alturas ya está concentrado en lamer el clítoris de su tía, poniéndoselo totalmente duro y tembloroso. -Si…sigue…chúpame…chúpame…ohh…siii…ahhhh…ya…me corro…ahh- gime Mari Carmen, corriéndose en la cara de su sobrino, que recibe la jugosa tromba impertérrito, sin atreverse a dejar de lamerle el sexo a su cachonda tía. -Ya…ya basta, Bernardo, puedes dejar de chuparme, ya me he corrido lo has hecho muy bien- dice Mari Carmen, dejándose caer del todo en el sillón, abierta de piernas, como ...
    ... una puta desvergonzada. Bernardo continúa a cuatro patas, con la polla tiesa, los testículos enormes y palpitantes, el deseo a flor de piel, los ojos brillantes y la lengua fuera. -Tía Mari Carmen, por favor, mira, se me ha puesto dura, muy dura, otra vez, haz algo, por favor, por favor- suplica Bernardo, levantándose y enseñándole la polla tiesa a su tía. -Siéntate aquí, conmigo, y ya verás- dice Mari Carmen, sonriendo. Bernardo se sienta junto a su tía en el sillón, un sillón de sala de estar individual, con lo que ambos se quedan muy juntitos y apretaditos. Mari Carmen acaricia los hombros de su sobrino, luego todo su cuerpo y, al fin, le toca la verga con la mano. La polla reacciona y se pone aún más dura y más tiesa. Bernardo mira a su tía con cara de desesperación. Mari Carmen, solícita, estruja la polla de su sobrino con una mano. Luego, desliza la mano hacia arriba, sin disminuir la presión, hasta alcanzar el glande rojo y brillante. Allí, afloja un poco la fuerza que ejerce con su mano y dedica a la rojiza punta de la polla unas deliciosas caricias con el dedo pulgar e índice, haciendo que Bernardo se retuerza de placer, pegado a su desnuda tía. -Ahh- gime el muchacho, entrecerrando los ojos, dejando que el placer más genuino y puro le embargue, mientras su tía, su tía Mari Carmen, totalmente desnuda, le manosea con habilidad la verga, haciéndole una deliciosa paja, un trabajo manual de envergadura. La cuarentona nota la dureza de la polla bajo sus dedos, nota las ...
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