1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 8


    Fecha: 26/01/2019, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... lleva años soñando con su tía. Lleva años imaginándosela desnuda, en las más obscenas y sucias posturas que su mente calenturienta puede concebir. Lleva años masturbándose con la imagen de su tía desnuda en su mente, y ahora, cuando hace mucho tiempo que no la ve, que no visita su casa, está allí, en el parque, y la besa en la mejilla, y sus labios rozan los suyos por error… Bernardo está excitado. No se da cuenta de que su polla se pone más tiesa que antes, ni de que Mari Carmen le ha visto la erección y sonríe satisfecha. Despacio, se sienta junto a Mari Carmen y sacia su curiosidad acerca de los más nimios detalles familiares. Y mientras lo hace, mientras su boca habla y habla acerca de su madre, de sus hermanas, de su padre, de aquel barrio, etcétera etcétera, sus ojos se desvían hacia las grandes tetas de su tía, aquellos hermosos melones que tanto ha deseado sobar y lamer, y que ahora están allí, cubiertos apenas por una blusa holgada que deja atisbar el sujetador negro que los cubre. Locamente, sus ojos también se dirigen hacia las piernas de su tía, casi al descubierto, cubiertas por unas deliciosas medias blancas, que dejan los muslos a la vista. -Entonces- dice su tía, sacándolo de la ensoñación- dices que estabas corriendo, entrenándote un poco por el parque. Eso es bueno. Y tu madre no está en casa. Una pena, quería visitarla, quería hablar con ella…en fin, otro día será. Bernardo no dice nada, sabe que tiene que abrir la boca, pero no puede. Está mirándole el ...
    ... escote a su tía, un escote ahora más grande y más insinuante, puesto que Mari Carmen, sofocándose como asfixiada por el agobiante calor, se ha desabrochado un par de botones de la blusa y ahora sus pechos están bastante al descubierto. Bernardo traga saliva y reprime el impulso de desnudarse y ponerse a hacerse una paja allí mismo. Mari Carmen espera que el muchacho haga un comentario, el comentario que necesita. Pero Bernardo, es evidente, está hipnotizado mirándole las tetas, así que debe actuar. Simulando que el bolso se le cae al suelo, se levanta y se pone de espaldas al joven, para recogerlo. No dobla las rodillas, sino que inclina hacia adelante el cuerpo, doblándolo por la cintura. De ese modo, Bernardo puede verle no solo las piernas por detrás, sino también- y eso es lo que quería Mari Carmen- gran parte del culo, cubierto escasamente por las bragas tipo tanga, que le dejan las nalgas a la vista. Justo en ese momento, se levanta una ráfaga de viento. La minifalda se levanta del todo, y se arremolina en torno a la cintura de su propietaria. Ahora, el culo de Mari Carmen, protegido de miradas indiscretas tan solo por unas finas braguitas que dejan las nalgas a la vista, está del todo al descubierto. -¡Oh, que viento hace!- dice Mari Carmen, todavía inclinada hacia adelante, todavía con el culo al aire, dejando que Bernardo se lo vea. Solo una tenue tira de tela negra, introducida del todo entre aquellas nalgas gruesas y lascivas, eso es todo lo que su tía Mari Carmen ...
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